Capítulo 15: Esperanza

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Nightwing

Salí del cuarto y me dirigí al de Barbara con la esperanza de estar con alguien que no juzgara todos mis movimientos y acciones, sin embargo, una mano me detuvo con fuerza y me obligó a mirar a su dueña, Starfire. Parecía molesta, y me miraba con los brazos cruzados.

-Tú y yo tenemos que hablar, ahora mismo, no después-Me dijo ella mientras me arrastraba por la muñeca hasta su habitación. Pude ver que Jason intentaba asomarse para ver lo que sucedía, pero yo cerré la puerta detrás de mí. Starfire se paró frente a la puerta para asegurarse de que yo no pudiera irme y luego se cruzó de brazos. Yo me senté en la cama preparándome para el sermón que seguramente estaba a punto de escuchar.

-¿De verdad puede haber cosas más importantes que discutir el estado actual de nuestra relación amorosa?-Preguntó ella mientras tomaba la silla del escritorio de su habitación y la movía hasta la puerta para poder sentarse.

-Pues, tomando en cuenta que nuestras vidas están en peligro y que además no has soltado a Jason desde que llegamos, creo que tengo derecho a cambiar de prioridades, ¿no lo crees?-Pregunté de regreso. Starfire me hizo una mueca y rodó los ojos.

-Tú has estado con Babs y no he dicho nada al respecto.

-¿No crees que deberías?-Pregunté. Starfire frunció el ceño confundida.

-¿A qué te refieres?

-Tienes razón. No has protestado porque estoy todo el tiempo con Barbara. A lo que refiero a que pareciera que perdiste el interés en nuestra relación desde que llegamos aquí. Lo único que has hecho es justificar a Jason, buscar excusas para las tonterías de Jason, dejar que Jason se meta de más en tu vida....y no sé. Creo que el hecho de que supieras que estaba con Barbara y no dijiste nada prueba mi punto.

Starfire me miró incrédula, como si yo hubiera dicho lo más estúpido del mundo.

-Tienes que estar jugando conmigo. ¿Estás molesto porque no armé una escena de celos? ¿Qué clase de drama infantil es ese?

-Pues te veías más enojada cuando Minina me llevó al baile que cuando yo, tu prometido, comencé a juntarme con mi mejor amiga de la infancia, ¿recuerdas? Y ni siquiera éramos una pareja en ese entonces-Respondí. Los ojos de Starfire se habían encendido y había humo saliendo de sus puños. Sabía que ella no me atacaría, pero Alfred seguro me estrangularía si ella rompía algo.

-¡Por X'hall! Ya no soy una adolescente. Puedo reaccionar a cualquier situación de forma madura. No porque dejé de hacer drama quiere decir que no me importa. Algunos sí somos capaces de entender que hombres y mujeres pueden ser amigos sin buscar relaciones interpersonales, Nightwing.

-¡Es que ahí está el problema! En esa frase acabas de probar mi punto. ¿Te has dado cuenta de que desde que todo esto comenzó, no me has llamado Richard una sola vez?-Pregunté. Yo había estado llevando la cuenta por días. No me había llamado por mi nombre real ni siquiera una vez. Pero a Jason no le decía Red Hood, por ejemplo.

-¡Porque siento que ya no te conozco! Intentaste infiltrarte de nuevo con Slade, sin decirme. Quisiste a usar a nuestros amigos como peones en tus planes, sin decirme. Sacaste a Chico Bestia de la cárcel, sin decirme. Sobornaste a la autoridad para limpiar su récord, sin decirme. Y rechazaste que Jason se uniera a los Titanes y lo trataste como a una basura, también sin decirme-Bingo.

-Ah, claro, claro. Ahora resulta que sólo la versión de Jason es válida, que sólo importa su lado de la historia.

-Pues es el único lado de la historia que conozco. ¿Por qué nunca nos dijiste que Jason intentó unirse al equipo? ¿Por qué lo rechazaste?

-Esa noche es y siempre será entre él y yo, Starfire. Como el líder del equio tomé la mejor decisión que podía en esos momentos. Deja de asumir que tienes derecho a mi vida privada.

-Noticia de último minuto, RICHARD. Nuestras vidas ya no son privadas. Y se supone que tú y yo vamos a casarnos, ¿recuerdas? Tanto en Tamaran como en la Tierra, no se le guardan secretos al cónyugue de uno mismo. Pero los secretos siempre han sido tu fuerte, ¿no es así? No recuerdo un sólo momento en el que no estuvieras escondiendo algo de nosotros. No puedes vivir si no estás ocultando cosas de la gente que te quiere-Murmuró ella rodando los ojos.

Me puse de pie y caminé en su dirección. Quería abrazarla, besarla, decirle que la amaba y que sí, era un idiota, pero al mismo tiempo, no podía dejar de pensar que quizá ella me había abandonado a mí, que ella era tan culpable como yo de que nuestra relación estuviera sufriendo. Di un paso hacia atrás, incapaz de tocarla.

-Escucha, lamento mucho todo. Los secretos, los problemas. Todo. Pero Starfire, no puedes juzgarme sin hablar de tus errores y tus secretos. Tenías tratos secretos con el gobierno, Star, tratos que nos costaron la licencia. Ninguno de los dos es perfecto, sólo es cosa de reconocerlo-Le dije. Ella suspiró y me miró, con arrepentimiento genuino.

-Yo lo lamento. No quería causar daño así como sé que tú no querías lastimar a nadie.

Y entonces se hizo silencio.

Era inevitable comparar estos momentos con nuestros antiguos días, en los que hablábamos sin parar de nuestra labor, nuestros amigos, nuestra relación. Ahora parecíamos dos conocidos incómodos que eran incapaces de mirarse a la cara.

-Quizá este viaje era lo que necesitábamos para darnos cuenta de muchas cosas-Me escuché decir. Starfire pareció sorprendida, pero entonces asintió.

-Quizá. Quizá tenemos muchas cosas en las que pensar si es que queremos salvar nuestra relación-Respondió ella poniéndose de pie. Ella aún tenía esperanza de reparar las cosas, ella aún me amaba también.

Starfire tomó mi mano suavemente y la estrujó con cuidado. Me miró con una sonrisa y entonces no pude evitarlo. Lancé mis brazos hacia ella y la atraje hacia mí, escondiendo la cabeza entre su cabello.

-Esto es demasiado para nosotros-Admití. Ella me dio una palmadita en la espalda.

-Lo es-Respondió ella con voz suave. Ya no sonaba enojada, sino tranquila, incluso aliviada.

-Pero podemos contra todo, ¿no es así?

-No veo por qué no. Siempre ha sido así. Somos los Jóvenes Titanes, ¿no lo crees?-Me respondió.

Nos separamos finalmente y ella me permitió salir de su habitación. Le sonreí una vez más y me alejé. Tenía fe en que las cosas mejorarían, pero mi experiencia me decía que siempre que había calma, por poca que fuera, siempre llegaba una tormenta después.

Teen Titans: ExpuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora