M.I.A

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—Nunca sabrás quién te ha jodido vivo

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—Nunca sabrás quién te ha jodido vivo. Mino sería el más sospechoso, pero si yo hablo nunca podrás estar seguro de quién lo hizo.

Lo cierto es que dijo de pronto:

—¿Puedes darme una cápsula a crédito? Lo que te acabo de contar creo que se merece algo. —Le di la cápsula y se la metió en el bolsillo sin decir nada.

—Bien, ya volveremos a vernos. Mañana te llamaré a la misma hora —dijo al marcharse.

Hice que siguieran a Woozi para ver lo que podía saber de él y para comprobar su historia. Nadie sabía nada concreto. Jae, el camarero, me dijo:

—Woozi te delatará si tiene que hacerlo.

Pero no pudo darme datos más concretos. Sí, se sabía que Mino había cantado en una ocasión.

Pero los datos del asunto, en el que Woozi también estaba implicado, indicaban que el soplo también podía proceder de Woozi.

Unos días después del episodio de Woozi, salía del metro en Washington Square cuando se me acercó un muchacho delgado y rubio.

—Minho —me dijo—, supongo que no me conoces. He estado comprándole a Song y estoy cansado de que me robe. ¿Puedes atenderme tú directamente?

Pensé: Qué importa. Después de Woozi, ¿por qué voy a preocuparme?

—Okey —le dije—. ¿Cuánto quieres? —Me dio cuatro dólares.— Vamos a dar una vuelta —dije, y me dirigí hacia la Sexta Avenida. Tenía un par de cápsulas en la mano y buscaba un sitio tranquilo para pasárselas.

—Estáte preparado —dije, y le pasé las dos cápsulas. Nos citamos para el día siguiente en una cafetería de Washington Square.

Este chico rubio se llamaba Jinhwan. Había oído decir a Mino que su familia tenía dinero y que vivía del dinero que le mandaban.

Cuando me encontré con él al día siguiente en Felton, empezó a soltarme enseguida la historia del ten-cuidado-con-Song.

—A Song lo están siguiendo. Si lo agarran, seguro que les soltará tu nombre, dirección y teléfono.

—Eso ya lo sé —le dije.

—Bueno, supongo que sabrás lo que haces —dijo todo escocido—. Ahora escúchame. Esta tarde recibiré un cheque de mi tía. Mira esto. —Me mostró algo. Le eché un ojo. Había una vaga referencia a un cheque. Él siguió hablándome del cheque.

Mientras hablaba me agarraba por el brazo y me salpicaba saliva en la cara.

Me resultaba imposible seguir aguantando a aquel ser pegajoso.

Para cortar de una vez, le di una cápsula antes de que me pidiera dos o tres.

Al día siguiente apareció con un dólar de ochenta.

No dijo nada del cheque.

Y así continuó.

Siempre venía con menos dinero del necesario, o sin nada.

Seguía hablando continuamente de que iba a recibir dinero de su tía, o de su suegra, o de alguien.

Estas historias las documentaba con mensajes.

Debía de ser tan falso como Woozi.

Otro cliente era June, camarero de un club nocturno del Village.

Siempre estaba sin afeitar y sucio.

Solo tenía una camisa, que lavaba cada semana o así y secaba en el radiador.

El toque final era que no tenía calcetines.

Solía llevarle el material a su habitación, una asquerosa habitación
mal amueblada de una casa de ladrillo rojo de la calle Jane.

Pensé que era mejor llegarme hasta allí que verlo en cualquier otro sitio.

Hay gente alérgica a la droga.

Una vez le di una cápsula a June y se la picó. Yo estaba mirando por la ventana -es una prueba espiritual observar a alguien cuando se busca la vena- y cuando me volví observé que su cuentagotas estaba lleno de sangre.

Se había desmayado y la sangre salía por el cuentagotas. Llamé a Song, que sacó la aguja de la vena y envolvió a June en una toalla mojada. Se recuperó parcialmente y murmuró algo.

—Parece que ya está bien —dije—. Vamonos.

Parecía un cadáver tendido en la cama sucia y revuelta y le salía del brazo un reguero de sangre que le llegaba al codo.

Cuando bajábamos las escaleras, Song me dijo que June le había pedido mi dirección.

—Óyeme —le dije—, si se la das, ya puedes ir buscándote otro nuevo contacto. No quiero que nadie se me muera en la habitación.

—Por supuesto, no le daré tu dirección —dijo Song aparentemente dolido.

—¿Y qué pasó con Woozi?

—No sé cómo mierda consiguió la dirección. Te aseguro que yo no se la di.

 Te aseguro que yo no se la di

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Heterosexual¹ /Chanho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora