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Teresa.

Estar acostada con la cabeza sobre el pecho de Jungkook y escuchar los latidos de su corazón que poco a poco pasaban de estar agitados a tomar un ritmo lento y pausado al igual que su respiración, era la sensación más relajante y reconfortante que había tenido en el año. Era como mi recompensa por haber estado aguantando todo el martirio de haber estado separada de mi compañero y haber sido fuerte para no volverme loca.

Comencé a acariciarle el pecho suavemente y deje un beso en su pectoral antes de levantar la cabeza para mirarlo. Estaba con los ojos sobre mí mientras acariciaba mi espalda de la misma manera que yo lo hacía con él.

— ¿Estas bien?—sonrió y asintió.

Después de que Nimri y Nicolás nos dejaron a solas en la casa nos fue inevitable abrazarnos, murmurarnos palabras bonitas mientras nuestras lágrimas de felicidad brotaban, quitarnos la ropa de manera desesperada y terminar haciéndonos el amor de la manera más dulce y suave que alguna vez habíamos hecho en la cama con un colchón que olía a nuevo.

No era su forma característica de hacer el amor, pero lo entendía, no quería algo desenfrenado y que luego lo recordara como un flash de imágenes, quería que nos viéramos a los ojos y sintiéramos cada centímetro del cuerpo del otro para que lo recordáramos de la misma forma: larga y electrizante.

—Estoy más que bien, preciosa. —dijo abrazándome y acercándome mas a su cuerpo desnudo al igual que el mío.—Te extrañe mucho. De solo verte conmigo me siento en paz.

Acarició mis mejillas con delicadeza, al igual que mis labios, mi nariz y mis parpados, haciendo que sonriera por lo delicado y dulce que estaba siendo.

—Yo también. —dije colocando ambas piernas a sus costados para acomodarme mejor para darle un beso rápido. —aunque debo admitir que también extrañe mucho esto.

Me moví un poco rozando con su miembro que estaba comenzando a despertar de nuevo. Su mirada se oscureció, creando esa mezcla de negro y plateado que tanto había extrañado ver. Me dio una sonrisa traviesa y se sentó sujetando mis muslos para que siguiera en la misma posición.

—Voy a comenzar a pensar que solo me extrañaste para esto. ¿Desde cuando eres, tan codiciosa?

Sentí un pequeño rubor en las mejillas y sentí, muy en el fondo, una pequeña presencia que me regañaba por estar avergonzada por sentir un deseo básico, pero era extremadamente leve.

—Sabes que no es cierto. Dije que te extrañe de varias formas.

—Y no sabes cuánto me encanta joderte.

Hice un gesto de fastidio y termine sonriendo.

—Te odio.

—Hace minutos me estabas gimiendo, o mejor dicho, me estabas lloriqueando que me amabas. —dijo acariciando mi espalda y luego una de sus manos viajo hasta mi cabello para tomarlo y hacer que lo mirara fijamente. — ¿O se te olvido? Porque puedo hacerte recordarlo en un segundo.

Mis muslos se apretaron contra de él de manera involuntaria y gemí suave al sentir que estaba poniéndose más duro que antes.

Jungkook me beso, siendo esta vez un beso que recordaba muy bien...iba a ser rudo. Sentí su sonrisa sobre mis labios cuando temblé por sentir como me tomo de la cintura para hacer que me frotara contra él, pero su sonrisa se borró y paro todo movimiento cuando quiso besarme el cuello.

—Déjame quitarte el collar. —Me tense y quise bajarme al instante, pero él me apretó con más fuerza. —Tesi...

Negué con la cabeza repetidas veces. Me daba miedo, mucho miedo y no iba a ocultarle ese temor a él. Se lo había ocultado a todo el mundo, pero no podía hacerlo con Jungkook. No iba a mentirle, al igual que sé que él no lo haría.

A tu lado (Saga paranormal #7)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora