Martes, 23 de febrero de 2021
El pensamiento, la mente, pueden ser los peores enemigos para uno mismo, cuando no te dejan olvidar, ni caminar hacia adelante. Atrapado en un agujero, en el que es más cómodo quedarse que lastimarse para salir.
Encerrado, era justo como se sentía Ethan, pero, aunque le doliera, él quería salir de ese agujero, deseaba vivir, por más duro que fuese el mundo a partir de ahora.
—Hay tantas cosas que debo contarte —anunció Isabela, animada. Quería lograr que Ethan, aunque fuese por unos momentos, pensase en algo diferente—. Lo más importante: ¡Adrián y Marco por fin se hicieron novios!
—¡¿En serio?! —exclamó Ethan emocionado por la noticia—. ¡Ya era hora! —Desde que había sido consciente de los sentimientos de Adrián, había deseado que Marco le correspondiera, le parecían una pareja hermosa y sincera.
—Pues sí, aunque, a decir verdad... no sé yo si esa relación vaya de largo —contó Isa, preocupada por ello.
—¿Tienen problemas?
—No, van muy bien, aparentemente, pero solo ha pasado unos días del inicio de su relación. —Ella recordaba que sus amigos, ante la desaparición de Ethan, se habían apoyado el uno en el otro, más que antes y así se habían acercado. No conocía los por menores, solo que un día habían llegado con la noticia de que intentarían darse una oportunidad—. Lo que pasa es que Adrián me contó que Marco está enamorado de otra persona, aunque no me quiso decir de quién.
—Vaya... nunca había notado que Marco pensara en alguien. —Isabela se rio, ella sabía bien quién era aquel amor no correspondido de Marco.
—Ethan, tú nunca notas nada de esas cosas —bromeó—. La gente puede coquetear en tu cara y jamás lo notarías.
—No es verdad —contradijo Ethan, aunque sabía que su amiga llevaba toda la razón.
—Si yo no te decía nada, no hubieras notado que Adrián estaba perdido de amor por Marco, aunque era evidente. No tienes sentido de la percepción, no para asuntos románticos.
—No seas injusta, noté sin ayuda de nadie que Mario estaba detrás de mí —rememoró con fastidio los problemas que había tenido por causa de su exnovio.
—Solo porque sus celos eran exagerados, eso no es un logro.
La amena plática se extendió desde la media noche hasta la madrugada; entre risas y bromas, Ethan pudo volver a sonreír, distraerse, como si nada hubiera pasado. Le fue agradable volver a hablar después de tanto silencio. Pero al final todo terminaba y la realidad volvía a golpear la puerta. Esta vez era su hermana quien reventaba su burbuja de felicidad temporal.
—Lo siento, Isabela, debes irte ahora —ordenó Elisa vigilando la puerta—. Las enfermeras están distrayendo a los guardias, pero no será por mucho.
—Está bien —aceptó la pelirroja, resignada—. Espero que volvamos a vernos, Ethan. —Lo abrazó con fuerza, fue uno de esos abrazos de los que no quieres soltarte, temiendo no tener oportunidad de reencontrarse—. Recuerda que nunca estás solo, tus amigos te queremos y siempre será así.
—Gracias, Isa —respondió Ethan con tristeza. Elisa casi se echó a llorar por escuchar la voz de su hermano al fin.
—Ethan... te pido de favor que pienses en lo que hablamos —habló Isabela con recelo. El tema era muy sensible y era consciente del terrible daño que toda esa tragedia había provocado en su amigo más querido, pues había visto cómo curaban las heridas que él mismo se había provocado. Pero su deseo de ser madre era imperante, sentía que no podía esperar más tiempo para tener un hijo, aunque eso fuese egoísta.
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El Lazo Roto
RandomPrimer libro de la saga MALDICIONES En un mundo donde los Alfas rigen su imperio por encima de todo y los Betas solo aceptan esa realidad, la casta considerada inferior a todas: los Omegas, son quienes deben someterse y sufrir bajo el cruel e injust...