Desesperación

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Viernes 12 de noviembre de 2021.

«Una vez escuché que solo existen dos tipos de sufrimiento: el que produce más sufrimiento y el que acaba con él. ¿Qué clase de sufrimiento será este que me rompe el alma, este que yo mismo elegí?».

La confusión era palpable, Selim no había entendido las últimas palabras de Ethan: «Quiero que te cases». ¿A qué se refería exactamente?, ¿qué era lo que le estaba ordenando?, ¿casarse?, ¿con quién?...

Esperó hasta recibir una explicación más concisa, pero Ethan no parecía estar dispuesto a hablar más, ni siquiera lo miraba.

—No te entiendo... —Fue lo único que Selim pudo pronunciar en un susurro.

—Te casarás con alguien bueno, algún omega que te quiera y lo marcarás para liberarme a mí —sentenció Ethan y Selim sintió que el alma se le iba al piso y un frio sepulcral le recorrió la espina—. Hablé con tu madre y le planteé esa posibilidad, me dijo que sí existían omegas dispuestos a casarse contigo, aun cuando tienes una unión con otro. Me mencionó en especial a uno, no sé si hombre o mujer, no quiero saber, pero al parecer te quiere mucho, será bueno para ti.

—¿Casarme?... ¿cómo podría?... ¿casarme? —Selim parecía estar en shock y su mente no era capaz de procesar todo.

—Será bueno para ti —reiteró con tono frio—. Mereces tener a tu lado a alguien que te quiera y te valore, alguien con quien tener una vida buena. —Selim no paraba de negar con la cabeza, tenía la mirada fija en el suelo y los puños apretados a sus costados, temblaba—. Me pediste que no te dejara solo, así no lo estarás. Tendrás una buena vida.

—¡Me refería a ti! Lo que quise decir era que no me dejaras, te pedí que te quedaras a mi lado. ¡Yo no quiero a otro! —gritó con los ojos cristalinos—. Te quiero a ti. ¿Cómo pretendes que viva una buena vida con otra persona? No quiero. ¡Prefiero morir!

—¡No seas estúpido! No vuelvas a decir que quieres morir, no lo harás porque yo quiero que vivas. Así que acéptalo de una vez.

—No, Ethan, por favor no... —suplicó con la voz entrecortada—. Debe haber otro camino...

—Sí, hay muchos caminos que pude haber elegido... Te diré uno de ellos: Pude haberme quedado a tu lado, ¿sabes lo que hubiera pasado? —Selim negó—. También te lo diré: hubiéramos tenido que escapar porque mi tío nos buscaría hasta encontrarnos y matarnos a ambos, hubiéramos tenido que vivir como fugitivos de por vida, con miedo de ser encontrados, de que alguien nos reconozca en la calle y avise que vieron al prófugo de los Orlov. Nuestra cabeza tendría precio. ¿Quieres vivir de esa manera? Porque yo no. No quiero vivir con miedo y tampoco quiero alejarme del único propósito en mi vida y menos de mi familia.

—Lo entiendo... te entiendo... pero... —Las piernas le fallaron a Selim y cayó de rodillas, lastimándose un poco por las rocas del lugar—. ¿Por qué casarme con alguien? Estaba preparado para separarnos, pero no para unirme a otra persona... Creí que usarías a un prisionero condenado para deshacer la marca, no esperaba esto...

—Separarse de un soulmate es mucho peor que una separación entre un alfa y un omega ordinarios, es demasiado dolorosa, mil veces más. Mi madre murió por eso y no dejaré que tú tengas ese destino. Me dijeron que es más soportable cuando se une a otra persona, como mi padre cuando marcó a Irina, pero si esa unión también se rompiese, podrías morir de todas formas.

—Lo sé y puedo soportar eso... ¿Qué hay de ti? Cuando yo marque a otro omega, el que sufrirá más serás tú. Pero lo soportarás, yo puedo hacer lo mismo... Así que por favor... No me obligues a hacer esto —rogó entre lágrimas y dejó caer el resto de su cuerpo porque se sentía cada vez más débil, sus manos impidieron que golpeara su rostro con el suelo. Ethan se puso en cuclillas para estar a su altura.

El Lazo RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora