Capítulo veinte

614 69 68
                                    

La brisa golpeaba el rostro del rubio despeinando sus cabellos y dejando su frente descubierta, pero hacía frío, por lo menos no lo sentía porque el cuerpo contra el suyo le transmitía cierta calidez y comodidad como cuando sus mantas estaban recién lavadas con olor a jabón luego de haberse dado un ducha después de un largo día.

—. ¿Por qué bajaste por la ventana? — si se esperaba aquella pregunta, pero hasta se había tardado en hacerla.

—. No le dije a mis padres que iba a salir porque seguramente me dirían que no. — No pensaba mentirle al pelirrojo, así que con todo el dolor de su alma tuvo que sincerarse.

No recibió respuesta más que un asentimiento por parte del contrario, esperaba que no se molestara por esa tontería, porque si no se hubiera escapado no estarían en esa cita.

El colorín estacionó la motocicleta frente a un local que estaba cerca de la residencia departamental en la que vivía, apagó el motor metiendo las llaves en su chaqueta, primero se bajó para poder ayudar al rubio a bajarse y quitarse el casco.

Ahora tenía una vista más clara de las ropas de su acompañante, llevaba una camisa roja que tenía los últimos dos botones sin abrochar, una chaqueta de cuero sintético, pantalón de mezclilla azul y unas botas negras contando todas las cadenas que siempre solía utilizar y no podía evitar pensar que el ojiverde se veía tan malditamente bien.

Se encaminaron dentro del establecimiento que se encontraba casi vacío, solo estaban los trabajadores, obviamente, y unas dos o tres personas repartidas en las mesas con sus bebidas más algo que agregaron a su orden.

El lugar era bonito, las mesas eran de madera blanca y las silla tenían almohadones que iban de rojos a rosas.

Fueron hacia el mostrador, había un menú con varias opciones que parecían tentadoras para el rubio, pero nada era mejor que los batidos de fresa y eso era lo que llamó su completa atención al ver que si estaba entre las opciones, con cierta timidez tiró de la manga del colorín para llamar su atención, en cuanto la mirada verdosa estuvo sobre él se sintió un poco intimidado.

—. ¿Ya decidiste? — Claro, él nunca sonaba duro cuando se dirigía al menor.

—. Un batido de fresa. — Su voz salió algo baja mientras que sus labios curvaron una sonrisa dulce.

—. Por supuesto.

Pasó su brazo por los hombros del menor llamando la atención de la cajera, la chica se acercó a los muchachos tomando la orden del batido de fresa más un batido de banana, para acompañar una orden de dos trozos de cheesecake, parecía ser el postre favorito del pelirrojo.

Realizó el pago y no tardaron mucho en entregarles una bandeja con todo lo pedido, fueron hacia una de las mesas que no estaba muy alejada de la salida, estaba casi al centro del local y también se alcanzaba a ver por el ventanal desde ahí.

Axl puso la bandeja al centro de la mesa antes de sentarse casi al mismo tiempo que Kurt, uno frente al otro.

El rubio tomó su vaso con rapidez para darle un sorbo rápido a la bebida de color rosa palo, el dulce impactando en su paladar mezclado con la acidez de las fresas era una combinación explosiva que le encantaba.

Sus orbes oceánicos se alzaron para observar al ojiesmeralda, éste le observaba enternecido y con una sonrisa bastante idiota, le causaba conflicto que se mostrara tan concentrado en su rostro, como si tuviera algún defecto en específico que llamara mucho la atención.

—. Que lindo eres. — Aquellas palabras le llegaron con sorpresa haciendo que el batido se desviara logrando atragantarle.

Empezó a toser dándose palmadas en el pecho, la risa del pelirrojo se escuchó por casi todo el lugar provocándole un sonrojo.

—. No esperaba que reaccionaras así, rubio. — La mano del mayor tomó el vaso con su batido para darle un sorbo, luego tomó su plato con el trozo de cheesecake.

—. Yo no esperaba que dijeras eso. — Quizás hasta se había notado demasiado por la escena que acababa de armar.

—. El sábado en por la tarde Anthony hará una fiesta en la piscina, ya sabes solo entre amigos, e Izzy me comentó que el domingo planeaba ir con Dave a tu casa a hacer el proyecto que tienen pendiente, así que estaba pensando... ¿No te gustaría ir el sábado? Así si necesitan ayuda tendrán cinco cabezas más para ayudarles. — La propuesta era tentadora, suponía que eso sería hasta la noche y tal vez debería quedarse a dormir con ellos.

Nunca había dormido en casas ajenas, comúnmente era Dave quien llegaba a su casa para quedarse a dormir.

Pero eso significaba pasar más tiempo con Axl, en aquel ambiente que le hacía sentir seguro y confiado, donde no lo criticaban por su sexualidad o por su forma de pensar, donde importaba lo que quería y no lo que le obligaban a hacer.

—. Claro, ¿Me pasarás a buscar o me tendré que ir con los chicos? — Si le haría falta encontrarse con esos dos cabezas de camarón, pero también sería agradable irse con el pelirrojo.

—. Mmh, si no tengo turno en el trabajo te podría ir a recoger, pero ya veremos si Anthony me trata de su esclavo laboral y me pone turno por la tarde. — Sus bromas, aunque no fueran muy fuertes, siempre le sacaban una sonrisa.

—. No creo que sea taaaan malo. — Cortó un trozo del cheesecake para darle un bocado, entendía porque al pelirrojo le gustaba tanto.

—. No, no lo es... — Los dedos del mayor jugaron con su cubierto antes de soltarlo y tomar la mano libre del rubio.

Acarició el dorso con su pulgar antes de dejar un beso sobre la zona dando un pequeño apretón antes de soltarla.

—. Me gustas mucho, Kurt Cobain.

Oh, malditas palabras que había estado esperando tanto para poder escucharlas aunque sea una vez.

Y sonaban muchísimo mejor de lo que habría deseado.

Su corazón se aceleró y sintió aquello a lo que llamaban mariposas en su estómago, revoloteaban al igual que sus sentimientos alborotados y sus mejillas se colorearon de un rojo intenso.

—. También me gustas... — Cuando estaba por terminar la oración fue interrumpido.

—. William, me llamo William Bruce Rose, pero puedes seguir diciéndome Axl. — Ahí la razón de porque le había corregido.

—. ¿Por qué el apodo? — El rostro del menor se había ladeado con confusión.

—. Ah... Larga historia, solo quiero que dejen de identificarme por el nombre que me dieron mis padres, pienso cambiarlo pronto. — Concluyó con una sonrisa, aquello fue suficiente para dejar satisfecho al rubio.

Tras eso sus conversaciones fueron más a lo que solían conversar siempre, haciendo bromas y comiendo el delicioso postre que habían ordenado.




Y si les dijera que aquí empieza la cuenta regresiva al final del fic.

໒❛ 𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐍𝐄𝐂𝐄𝐒𝐒𝐈𝐓𝐈𝐄𝐒 ♡ ❫ ◗ ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora