໒❛ 𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐍𝐄𝐂𝐄𝐒𝐒𝐈𝐓𝐈𝐄𝐒 ♡ ❫ ◗ ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈

Capítulo diecisiete

Tras la finalización del horario escolar, los tres amigos salieron de las instalaciones encaminandose hacia la tienda de tatuajes.

Dave solo iba por simple curiosidad, se llevaba bien con la mayoría de trabajadores del lugar, entonces no le molestaba ir del acompañante de sus amigos los enamorados.

Al llegar el castaño abrió la puerta dándole el pase a sus amigos, en cuanto entraron quien les recibió fue Duff, el teñido estaba sentado tras el escritorio leyendo una revista y todo parecía muy pacífico, demasiado extraño para el castaño y el azabache.

—. Duffy. — Le llamó el pelinegro poniendo su mochila sobre el escritorio, la abrió sacando un topper con comida que dejó frente al más alto.

Los ojos del chico brillaron de emoción tomando el recipiente para destaparlo encontrando un delicioso arroz cubierto de queso y papitas trituradas.

—. Muchas gracias, cariño. — Murmuró dirigido hacia el menor mientras empezaba a degustar de la comida.

El rubio más joven se acercó al escritorio con cierta timidez para poder apoyarse de este.

—. ¿Y los demás? — Su voz salió bajita, no iba a demostrar su obvio interés por ver a Axl, así que lo disimuló preguntando por todos.

—. Ha venido un viejo amigo de Anthony que hace perforaciones y algunos quisieron hacerse una, pero si tú pregunta en verdad es sobre Axl...

Las palabras e incluso cualquier cosa que estuvieran haciendo, como Dave en su celular, Izzy observando a su pareja hacer su explicación y la concentración de Kurt en sus palabras, se vieron interrumpidas por un grito desgarrador que vino desde una de las habitaciones donde se solían hacer los tatuajes.

Los menores se voltearon a ver espantados y a Duff se le había caído su tenedor dentro del topper ante tal ruido, el mayor aclaró su garganta señalando la puerta.

—. Ese fue Axl.

Les explicó, el azabache junto al rubio menor corrieron hacia la puerta, tras ellos fueron los otros dos muchachos pero caminando. El más alto llevaba su comida en la mano dando pequeños bocados.

Izzy abrió la puerta encontrándose con Anthony y Slash sentados en una silla mientras reían a carcajadas, en la silla donde solían hacer los tatuajes estaba Axl cubriéndose la boca con una cara de agonía y sin camisa, imagen que provocó un sonrojo en el ojiazul, y frente a él estaba un tipo rapado con varios tatuajes en sus brazos, llevaba mascarilla, guantes y en sus manos tenía un arete junto a un trozo de algodón.

El rizado volteó a ver a los más jóvenes en lo que sus risas se iban calmando, le dió una palmada al castaño a su lado para que volteara hacia la puerta, les hicieron una seña para que entraran y con toda la confianza del mundo se adentró el pelinegro siendo seguido por los demás.

—. ¿Ahora qué pendeja pendejada hizo este cabeza de fósforo? — Se le quedó viendo al colorín que se retorcía en la silla por el dolor.

—. Se perforó un pezón. — Le respondió Anthony con una sonrisa burlona y aguantando más carcajadas.

Cobain hizo una mueca del dolor para luego quedarse parado al lado de Izzy, su vista también fue dirigida al muchacho en la silla mientras que se iba calmando.

El de mascarilla se acercó en cuanto le vió más tranquilo para intercambiar la aguja por el arete que acababa de limpiar perfectamente con alcohol.

El ojiverde se llevó las manos al rostro cubriéndose con estas mientras intentaba calmarse.

—. Por cierto, él es Flea, hace perforaciones pero no vive por aquí. — Explicó el castaño a sus menores que estaban de pie junto a Slash.

—. ¿Me puede hacer uno en la nariz? — Pidió el pelinegro formando una sonrisa con emoción.

La reacción de Duff fue instantánea yendo hacia su novio para tomarlo por los hombros y sacudirlo un poco.

—. ¿Y si te duele?

—. No me llamo Axl.

Las carcajadas de los mayores que estaban en las sillas volvieron a escucharse por la habitación recibiendo una mala mirada por parte de su amigo colorín, Rose se levantó de la silla con más tranquilidad tomando su camisa y su chaqueta del respaldar de la misma.

Colocó ambas prendas sacando sus cadenas y collares del bolsillo de la chaqueta de color café, las colgó en su cuello nuevamente acomodándose sus cabellos.

Le hizo una seña al rubio menor para que le siguiera saliendo de la habitación, dejando atrás a un Izzy emocionado que se había ido a sentar a la silla.

Dave le dió un vistazo rápido a su amigo al ver que iba tras el ojiverde, luego volteó a ver a los mayores que fingieron no haber visto nada, a pesar de que también lo habían notado.

Estando fuera tomó al menor de la muñeca para ir hacia el sofá y dejarse caer sobre este, a su lado dejó caer al rubio que de inmediato quitó su mochila para ponerla a un lado de él.

—. ¿No te duele? — Cuestionó señalando la zona del pecho con una pequeña mueca.

—. No, o sea, al principio sí pero luego el dolor se te pasa y es soportable. — Admitió ladeando un poco su cabeza en una mueca graciosa.

Como no había soltado su muñeca deslizó la misma para poder entrelazar sus dedos y sujetar la mano del ojizafiro con cuidado.

—. ¿Quieres ir mañana a beber un batido conmigo? — La pregunta salió como si nada mientras jugaba con los dedos del menor.

—. ¿A qué hora? — Se inclinó hacia el contrario de forma inconsciente estando un poco más cerca del pelirrojo.

—. A las cinco.

—. Está bien.

No tardó nada en aceptar la invitación, quería, deseaba con toda su alma otra cita con el ojiesmeralda y ese era su momento.

No le importaba si debía escaparse de su casa para ir a verlo ese día, aparte que trataría de dejar sus trabajos terminados y su parte del proyecto de ciencias iniciada.

El mayor se acercó hacia el rostro del ojiazul dejando un beso corto en su mejilla, toda la sangre del menor fue a parar a su rostro provocandole un rubor.

—. Ven, voy a revisar tu tatuaje.

Ambos se levantaron del sofá yendo hacia la habitación donde solía trabajar el pelirrojo, estando dentro el rubio se sentó en la silla arremangando su camisa para dejar ver el plástico que cubría su diminuto tatuaje.

El mayor no tardó ni diez minutos en tener todas las medidas de seguridad tomadas, se acercó quitando el plástico para poder darle un vistazo al tatuaje, aún le faltaba un poco para estar más cicatrizado, limpió y colocó la crema antes de volver a cubrirlo con otra capita plástica para evitar una infección.

—. Lo cuidas muy bien, ¿No quieres hacerte otro? — Sugirió con un tono gracioso, era muy consciente que sus padres lo matarían a él por estar manchando la piel de su pequeño angelito.

—. No, duele mucho. — Aquella excusa era tonta, pero era mejor que decirle que sus padres no lo permitían aunque se supiera.

Y así se pasó parte del rato, conversando cosas del trabajo del colorín, el proyecto escolar que debía hacer con sus amigos y que si necesitaba algo, el mayor podría ayudarle sin ningún compromiso.

En cuanto empezaron a llegar los clientes del negocio, los tres jóvenes se retiraron para no meter en problemas el negocio y volver cada uno a su casa.