Capítulo veintiséis

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No recordaba bien lo sucedido durante los últimos cinco minutos, una punzada en su mejilla junto a un ardor dentro de la misma le habían logrado aturdir, a eso sumado un apretón en su cuello que le había dejado sin aire por micro segundos al punto que aunque la voz masculina fuera en aumento cada vez más no lograba escucharla, pero sabía lo que debía estar diciendo.

En su mente solo pasaba la imagen del rostro de su hermana envuelto en lágrimas y golpes que bajaban por sus pómulos teñidos del poco maquillaje que la chica solía utilizar para ir a la iglesia, todos estaban vestidos con las prendas que solían utilizar ese día a excepción de él, claro.

El mayor le tomó por el cuello de la camisa haciendo que su delgado cuerpo se acercara un poco más a él de forma amenazante intentando no soltarle otro golpe a su primogénito.

—. Escúchame bien porque solo te lo voy a decir una vez, vas a empacar tus cosas y vas a estar aquí abajo dentro de quince minutos. — Le fue soltando con lentitud bajo la atenta mirada azul teñida por el miedo, pero una de sus manos subió a tirar la cabellera rubia con fuerza. —. Y te vas a ir al retiro espiritual con tu hermana, no van a volver aquí hasta que hayan aprendido la lección.

Con un asentimiento tembloroso recogió sus cosas corriendo escaleras arriba siendo perseguido por su hermana, la chica se encerró con seguro en su habitación al igual que él.

De nuevo aquella sensación en la que le faltaba el aire y su pecho empezaba a punzar de forma dolorosa, el miedo, las lágrimas desbordando, su pulso tembloroso dejando caer su mochila al suelo.

Revisó sus bolsillos sacando su celular, ¿A quién debía llamar? Axl debería estar con cruda, Dave debía estar recibiendo una mentada por parte de sus padres e Izzy estaba con Duff en una cita, no tenía el número de los demás y su única escapatoria posible era obedecer.

Sus dedos se pasearon por la pantalla brillante pasando parando otra vez en el contacto de Axl, era su única opción por mucho que no quisiera molestarlo.

Mandó la llamada colocando el celular contra su oreja, su cuerpo entero temblaba ante el sonido de espera, rompió en llanto cuando fue descolgado porque significa que tenía algo de esperanza.

—. Axl... — Quebrado pero intentando no ser tan obvio, queriendo que el pelirrojo no tuviera preocupaciones aún.

—. ¡Kurt! ¿Estás bien? — Para su desgracia, él se preocupaba mucho por su estado.

—. ¿Puedes venir? Por favor... Te necesito.

—. Estaré ahí en cinco.

Y la llamada se cortó dejando al rubio con su cabeza dando vueltas, ¿Ahora qué?

Tomó su mochila vaciándola en el suelo, metió las cosas que utilizaría para sus últimas dos semanas de clases, sus pocos ahorros, varias prendas de ropa, cosas de higiene y billetera. Todo lo que necesitara para sobrevivir iba dentro aunque la mochila fuera pesada.

El sonido de su reloj de mesa avanzando era tortuoso, el golpe en su mejilla empezaba a enfriarse haciendo que el dolor se presentara y el color púrpura empezara a teñir la zona.

Un golpe en la puerta le hizo sobresaltarse, el intento por girar la perilla de forma insistente le hizo entender que era uno de sus progenitores.

—. ¡Kurt, sal por favor! — Era su madre.

Se alejó de la puerta tomando su mochila, la lanzó por la ventana para que cayera en el pasto, cruzando los dedos para que no se hubiera roto nada de sus pertenencias.

—. ¡Kurt Donald Cobain! — Ahora era su padre, tras la puerta se escuchó un sollozo por parte de su madre.

Pero todo fue en vano, el sonido de la motocicleta estacionando frente a la casa hizo que su cerebro empezara a funcionar a gran velocidad, como lo había hecho el día de su cita con el pelirrojo, salió por la ventana con algo de dificultad por el mismo miedo que seguía en su sistema.

Tal vez el mismo sonido provocó una reacción en sus padres, a esa hora no pasaban motocicletas, mucho menos se estacionaban frente a la casa.

El ojiazul tomó su mochila colgándola sobre sus hombros, corrió hacia el colorín que ya estaba abajo de la moto con el casco en su mano, el rostro del mayor reflejaba preocupación ante la imagen desaliñada y asustadiza de su pareja.

—. ¿Qué te pasó? — Su mano izquierda fue a su hombro mientras que la derecha acariciaba los hilos dorados que caían por su rostro.

—. Hay que irnos, ayúdame por favor... — Iba a continuar con sus palabras de súplica pero fueron interrumpidas por, de nuevo, la voz de su padre.

—. ¡Kurt! ¡Vuelve acá! — Le llamó con sus brazos cruzados sobre su pecho.

El ojiverde solo tuvo que ver aquel semblante no tan desconocido para él, el rostro lastimado del rubio y la imagen de las únicas mujeres de la familia para entender lo que sucedía. Se había prometido no dejar que la ira tomara control de sus pensamientos nunca más desde que conoció a aquel lindo muchacho, pero no podía estar tranquilo sabiendo que un imbécil había golpeado al menor y quién sabe que cosas le había dicho para que estuviera así.

El ojiesmeralda se encaminó hacia la casa con la rabia nublando su consciencia y sus manos apretadas en puños para ir desahogando aquel enojo.

—. ¿Axl? — El más joven le volteó a ver cuando le vió alejándose. —. ¡Axl, no hagas una tontería!

Pero sus palabras quedaron en el aire, el pelirrojo tomó al adulto por la camisa y de la misma forma que anteriormente el había tirado de su hijo, lo hizo el joven de mirada verdosa hacia él.

—. Escúcheme bien, viejo de mierda.

Parecía ser una repetición de lo sucedido hace rato a los ojos de las féminas que se alejaron atemorizadas, la más joven por miedo a su padre y la mayor al reconocer al pelirrojo.

—. Usted le vuelve a poner un dedo encima a Kurt y no la va a contar, juro que le voy a hacer desear no haber nacido. — La amenaza iba en serio apretando cada vez más el agarre y logrando infundir miedo en el señor Cobain. —. No lo vuelvan a buscar o le diré a la policía lo que hizo, se va a pudrir en la puta cárcel como la mierda que es.

Dejó ir un puñetazo en la zona de su estómago logrando sacarle el aire, ambas mujeres chillaron por la sorpresa, el pelirrojo le dedicó una mirada con desdén antes de escupirle e irse de regreso con el rubio que estaba atónito ante lo sucedido.

—. Iremos con Anthony.

Le avisó al más joven antes de tomar el casco, se acercó a su rostro dejando un corto beso sobre sus labios, le colocó el casco abrochándolo con cuidado.

También dió un asentimiento, un último vistazo a la escena de su madre intentando ayudar a su padre que parecía reacio y subió al vehículo abrazándose a la cintura del colorín, pronto la fría brisa golpeó su rostro dando a entender que su camino empezaba.

໒❛ 𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐍𝐄𝐂𝐄𝐒𝐒𝐈𝐓𝐈𝐄𝐒 ♡ ❫ ◗ ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora