Capítulo Cuatro

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Remus se había estado preparando para el aroma de Harry, no sabía cómo prepararse exactamente porque no sabía a qué olería exactamente . Tampoco sabía si siquiera le molestaría, ya que nunca había estado cerca de un omega sin bloqueadores de aroma o el olor de su alfa. El día después de la primera noche de Harry ahí, Remus se relajó, porque su esencia apenas estaba ahí. Sin embargo, no había estado preparado para despertar de golpe en la madrugada por un aroma alarmantemente similar al de Sirius. Tan familiar que en realidad la única diferencia era que este aroma tenía rastros de omega fértil, que le decía que era de Harry. Mirando al calendario se dio cuenta de que era 31, que significaba que era el cumpleaños de Harry y Charlie, pero para un omega también significaba que su pareja alfa sería capaz de olerlos correctamente. Los ojos de Remus se agrandaron y se sentó cuando la revelación y lo que significaba se asentó. También significaba que Harry sabía.

Los omegas podían oler a sus parejas antes que sus alfas a ellos, era una medida de seguridad para que el omega estuviera cerca de su alfa que tendría una inexplicable necesidad de protegerlos. Por lo general lo dejaban pasar y hasta el cumpleaños número 17 del omega no lo pensarían dos veces. Harry sabía que Remus era su-espera... Sirius era la pareja de Remus. Frunció el ceño mientras pensaba eso, eso significaba que Sirius también era la pareja de Harry o...

—Puedo escucharte pensar desde mi sueño Moony —Sirius refunfuñó haciendo que Remus mire a su esposo—. ¿Por qué estás despierto?

—¿No hueles algo? —Preguntó Remus.

—¿Oler algo? Remus, te juro que no me tiré un pedo esta vez.

—No, no me refería a eso. Olvídalo. Me desperté y no me puedo volver a dormir —Sirius tarareó adormilado y Remus sólo tuvo que esperar unos segundos antes de que estuviera dormido otra vez. Salió de la cama y se puso una bata, atándola a su cintura antes de salir del cuarto y dirigirse a las cocinas, antes de que pudiera llegar escuchó voces viniendo de la sala y se dirigió allí. Harry estaba arrodillado enfrente de la chimenea, hablando con alguien.

—Pero padre, por favor... No puedo quedarme aquí. Me van a odiar.

—Harry, nadie te va odiar. No puedes controlar este tipo de cosas.

—Pero están casados, no puedo meterme con una pareja casada, padre. Está mal. Seré llamado rompe hogares por el resto de mi vida —Cador se rio sin importarle que actualmente eran las cuatro de la madrugada en Italia y las tres en Inglaterra.

—No serás llamado rompe hogares, Harry.

—¡¿Pero qué dirá James?!

—Probablemente se alegrará de que sus mejores amigos tengan la tarea de quitarle la virginidad a su hijo omega.

—¡Padre! —Cador rio.

—Estoy bromeando. A todos les tomará un tiempo Harry, pero si de verdad te quiere, entonces lo aceptará. No se puede hacer nada. Tus parejas son tus parejas Harry, se que piensas que arruinarás su matrimonio, pero no lo harás. A todos les tomará tiempo el si quiera estar cómodos con la idea, deja el empezar a actuar como pareja. No te estarás acostando en su cama mañana Harry. Dale tiempo. El notará tu esencia sin importar lo que hagas, bien puede que lo acepte ya. Y además, ¿No te sonrojabas por lo lindos que eran hace unos días?

—No —dijo Harry tenso—. No recuerdo haber hecho nada parecido.

—Debió haber sido mi otro hijo omega... Oh espera, no tengo otro hijo.

—Debiste haberlo soñado —le dijo Harry—. Los veré cuando me echen, o cuando huya, o cuando regrese en algunos años, después de haber ido a otro país y cambiado mi identidad.

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