Capítulo Catorce

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Nota de la autora: No he querido entrar en muchos detalles ya que quiero esperar al capítulo de la unión, pero sepan que hay algo de sexo. Quiero señalar que todo lo que sucede en esta historia es consentido a menos que se indique lo contrario. Entiendo que la gente pasa por cosas terribles en la vida que pueden hacer resurgir experiencias traumáticas. Yo misma tengo "triggers" que normalmente no se advierten con antelación. Quiero que mis capítulos sean lo más seguros y cuidadosamente advertidos para todos los que lean. Con esto dicho, consulte la lista de abajo para las cosas que se encontrará al leer este capítulo.

ADVERTENCIAS - Actividad Sexual Gráfica Entre Dos Hombres Adultos.

Uso de juguetes sexuales.

Rimming.

Digitación anal (anal fingering).

Fisting anal (suave).

Orgasmo a chorro masculino (que es algo real, búsquelo en Google [sólo si quieren])

LEA BAJO SU PROPIO RIESGO Y DISFRUTE.

Harry estaba emocionado de enseñarle a Sirius su nido, había trabajado en él desde que llegaron a Hogwarts. Le quería enseñar a Remus, pero desafortunadamente, tenía una clase después del desayuno en el que Remus sólo comió snacks porque ya había comido. Harry arrastraba a Sirius de vuelta a las habitaciones emocionado, tenía el presentimiento de que su celo comenzaría antes de que terminara el día, por lo que se había puesto ansioso por su nido. Sin embargo, antes de ir a su nido, hizo lo que quería y le hizo la cama a Remus intercambiando las almohadas de Remus con las de su cama, así tenía sus aromas y él tenía el olor fresco de Remus. Luego empujó a Sirius a su habitación privada y lo llevó al dormitorio.

—¿Tu nido está aquí?

—Sí, aquí está —Harry se dirigió a las puertas dobles que daban a su vestidor. No era grande ni mucho menos, pero era lo suficientemente grande para que Harry pudiera apretar dos colchones matrimoniales, estaban tocando las paredes sin dejar espacio en los lados o en el medio.

La cama estaba pegada a la pared del fondo y en ella habían múltiples mantas, edredones, almohadas y otras cosas blandas que Harry había recogido y deseado. Una de las camisas de Sirius estaba sobre una almohada, así como el suéter favorito de Remus, que había estado buscando continuamente hasta que se rindió convencido de que lo había olvidado en la mansión. Las paredes sólo tenían una barandilla para colgar la ropa y en los estantes de arriba había mantas extra, toallas, sábanas nuevas, almohadas y lo que parecía ser ropa doblada en sus montones separados.

—Harry, es genial, hiciste un trabajo increíble —dijo Sirius mientras abrazaba a Harry.

—¿En serio?

—En serio. Se ve increíble. Muy cómodo y tiene suficiente espacio para moverse. Hiciste un trabajo increíble —Sirius entró en el cuarto y se quitó los zapatos, después gateó hasta la cama, gimiendo cuando se hundió en el colchón.

—Voy a ir a cerrar las puertas y regreso —Harry cerró ambos pares de puertas antes de regresar al nido y cerrar la puerta.

—¿Ahora esperamos? —Preguntó Sirius.

—Teniendo en cuenta que no sabemos cuándo empezará mi celo y cómo me afectará diferentemente con una de mis parejas, deberíamos dormir mientras podamos. Puedo volverme... necesitado en medio de la noche, por lo que no vas a dormir mucho.

—Hay peores razones para no dormir —dijo Sirius—. Vamos a acurrucarnos y a intentar dormir una siesta.

—Si mi aroma cambia y te preocupa no ser capaz de manejarlo, puedes irte. No debería afectarte tanto como a Remus hasta que nos apareemos, pero eres un animago canino, así que no sabremos hasta que pase.

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