Infiltrat [Luna Lovegood/Viktor Krum/Theodore Nott]

CAPÍTULO 16.

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—¿Y si te invitó se puede saber qué es lo que haces aquí aún?

Luna se encogió de hombros ante las palabras de su mejor amiga. El no tener experiencia a veces le jugaba una mala pasada en todas las vivencias nuevas que estaba teniendo con Viktor –su novio –, partiendo porque aún no podía creer que tuviera uno antes de salir de la escuela.

—Pues. . .

—¡Ay Lovegood! No me digas que ahora tienes complejos de santa— refunfuñó Astoria— ¿Te preocupa lo que pueda suceder si es que vas a su casa y están a solas? —le incinuó la Slytherin fingiendo un tono pícaro.

Luna pudo sentir sus mejillas arder ante la perspectiva que planteaba su atrevida amiga. Frunció los labios y reprimió el nerviosismo que sentía.

—Astoria —le cortó en seco —Creo que no estoy lista para hablar de una forma tan liberal sobre aquello —dijo mientras la miraba de forma suplicante —De verdad aprecio tu manera de pensar pero estoy bien así, la verdad es que con respecto a eso me das bastante miedo.

La Slytherin arrugó el ceño y rodó los ojos ante la mención de su amiga.

—¿Por quién me tomas? ¿Por una depredadora sexual?

Luna no respondió nada al respecto, sabía que su amiga tenía mucha más experiencia en ese aspecto, no demasiada pero tenía una visión muy distinta a la de ella.

—No, sólo que a veces me das miedo con respecto a tus opiniones.

—Está bien, lo único que diré aunque no me lo pidas —señaló —En algún momento las cosas entre ustedes van a avanzar y tienes que estar preparada y allí estaré yo para que puedas preguntarme lo que quieras.

—No soy una ignorante —rebatió Luna con algo de aprehensión —Te recuerdo que puedo leer por mi cuenta.

—Un libro jamás ha tenido de novio a Viktor Krum —le aclaró —En cambio tú sí, además sé que tu padre jamás te va comentar las cosas como lo haría una chica.

Luna negó con la cabeza ante las palabras de Astoria. Todavía no se sentía preparada para conversar abiertamente sobre sexualidad y menos con su amiga, sentía que quería ir a su paso y al menos con Viktor todo estaba bien. Si quería conversar con él sobre algo tendría que darse el valor para hacerlo con él y mencionarle a cerca de su nula experiencia en el campo de las relaciones amorosas.

—¿Qué esperas? Todavía te veo aquí —enarcó una ceja—Vete con tu novio.

—Si ya no quieres hablarme pues dímelo —jugó Luna —No es necesario que uses esa voz de desprecio.