A veces el karma actuaba antes que cualquier desgracia, Viktor tenía aquello muy claro.
No sabía en qué momento se había desviado de su principal tarea y eso sin duda lo llevaría por un camino vertiginosamente peligroso del que ahora no tenía idea cómo salir o volver a enrielarse.
El joven búlgaro no había regresado a Londres con el fin de ser periodista deportivo como le había hecho creer a todo el mundo; ser parte del diario el Profeta jamás había estado en sus planes de forma deliberada. Todo había sido un plan urdido de forma compleja y con una aspiración mayor, con un deseo de venganza y con la esperanza de conseguir lo que antes sus antepasados se habían esmerado en renegar.
No obstante no esperaba que el pasado quisiera jugar con él, no esperaba que todas las malas acciones que había cometido en su vida se personificaran, literalmente. Él no era creyente, sin embargo en esos momentos estaba completamente seguro que algo; una fuerza del universo o un ente sobrenatural, se estaba encargando de que recibiera su merecido.
O eso sintió al llegar a la Mansión Malfoy, cuando se percató de la presencia incómoda que se hallaba sentada en la mesa junto al resto de hombres que compartían junto al señor tenebroso. Ella implicaba que su pasado volvería a azotarlo con fuerza y le recordaba que no se podía escapar del destino tan fácilmente.
—Señor Krum, hace tanto tiempo que no había recibido noticias suyas— mencionó la gélida voz del señor tenebroso—, había comenzado a creer que se había arrepentido de ser una de mis colaboradores indirectos.
Viktor Krum no era un mortífago, no obstante se había involucrado hasta el cuello en el bando tenebroso únicamente por un arrebato de ira y de ego juvenil. Los hombres por lo general siempre creen que pueden conseguirlo todo, creen que pueden romper las reglas y también sienten en ocasiones muy reiteradas las ganas de ir en contra de las creencias familiares, sienten en su interior el llamado intenso a rebelarse por cómo han sido criados.
En medio de esas tribulaciones, Viktor fue arrastrado por la labia del señor tenebroso y para demostrarse a sí mismo que era capaz, cayó en un juego que probablemente no terminaría bien para nadie para ninguna de las personas que involucró, para ninguna de las personas que se cruzaron en su camino con su vuelta a Londres, donde la mayormente implicada era la dulce Luna Lovegood que había ido hacia él de la misma forma en que las polillas van hacia luz; sin detenerse a pensar qué era lo que les sucedía a sus alas cuando se ponían en contacto con los atractivos focos.
—Me ha costado conseguir lo que me ha encomendado, pero no le decepcionaré— acotó sin demostrar mayor sentimiento, ni en su mirada, ni en su tono de voz, ni en su postura corporal— tendré su pedido, no tenga dudas de ello.
A diferencia de los demás, el búlgaro no se había unido a las filas por devoción; a ciencia cierta, ni siquiera era parte real de las filas del señor tenebroso; sólo era lo que Voldemort había dicho, era un colaborador que le ayudaría en la tarea de convertirse en el mago más poderoso de todos los tiempos mediante las averiguaciones que este había aceptado hacer como desafío.
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Infiltrat [Luna Lovegood/Viktor Krum/Theodore Nott]
Fiksi Penggemar¿Esto es una casualidad? Si Luna Lovegood hubiera sabido las cosas que le sucederían al iniciar su quinto curso, probablemente no las hubiera creído. Sí alguien le hubiera dicho que un día al ir a ver a su madre al cementerio se toparía de plano con...