C A P Í T U L O 2

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Chimon aún pensaba en la sensación que recorrió sus muñecas cuando vio a Nanon por primera vez. Aún no entendía el por qué; jamás le había pasado algo similar, al menos él no lo recordaba. Una sonrisa le iluminó el rostro cuando recordó en la historia que su abuela solía contarle cuando era pequeño, ¿sería acaso eso una opción? "No, Chimon, es sólo una tonta historia." Pensó. First lo sacó de sus pensamientos al instante.

—¿Chimon? ¿Podrías hacerme un favor?

—Claro, ¿qué ocurre?

Firs dudó un poco lo que diría, finalmente lo dijo decidido.

—Le prometí a Fluke comprarle un batido, pero me olvidé mi cartera en tu escritorio. ¿Podrías prestarme dinero? Te lo daré de vuelta tan pronto tenga mi cartera.

Chimon arqueó una ceja, aunque unos minutos antes su amigo le había regalado algo, First no solía hacer obsequios o comprarle cosas a la gente. De hecho, Chimon estaba casi cien por ciento seguro de que era quizás el segundo obsequio que First le había hecho. Los batidos no eran especialmente caros, pero tampoco era lo más barato que podías conseguir.

—¿Estás intentando ligar con el nuevo, First?

First abrió los ojos como plato.

—¿¡Qué!? ¡No! Sólo intento hacer nuevos amigos...

—Bueno, entonces supongo que no habrá problema si yo pago batidos para los cuatro.

—No, Chimon. —dijo First entre dientes.

Chimon sonrió con malicia.

—¿Por qué no, First?

—Sólo quiero tener un amigo que no tenga cara de rata, Chimon.

—Pero soy un gran amigo. —dijo Chimon, llevando su mano derecha al pecho, haciéndose el dolido.

—Lo serías si me dieras el billete.

Chimon dejó salir una risa y sacó de su bolsillo un billete. First era un amigo genial: era una persona genial. First parecía sacado de una novela: tenía chicos y chicas detrás del todo el tiempo y, sin embargo, jamás había salido con nadie. De vez en cuando le gustaba juguetear con las personas y coquetearles un poco, pero sin llegar a más. Esa era una de las cosas sobre First que le hacían gracia a Chimon. De hecho, Chimon recordaba su mejor amigo todavía más coqueto durante el jardín de niños y sus primeros años en la primaria, donde el menor pasaba su tiempo enviándole besos a las chicas y, especialmente, a los chicos.

Era el mayor entre ambos, y más rudo que Chimon, incluso cuando ambos tenían esa faceta (que quizás no había aparecido desde que llegaran Nanon y Fluke). Aunque ambos tenían una relación brusca, por sus maneras de ser, sabían que no podrían hacer nada sin el otro, porque prácticamente habían crecido juntos. Chimon dependía tanto de First como First dependía de él.

Vio a Fluke tomar la mano de su amigo para luego llevarlo a rastras a la tiendilla que estaba delante de ellos. Nanon se quedó quieto delante del local, esperando que Fluke regresara para estar con él.

—¿Quieres algo, Nanon? —preguntó Chimon, con ambas manos en sus bolsillos.

—No tengo mucho dinero para gastar los próximos quince días, así que no. —contestó, encogiéndose de hombros.

No lo veía.

—No pregunté si tenías dinero. —dijo, buscando ver a los ojos del chico— Pregunté si querías algo, va por mi cuenta: tu regalo de bienvenida.

El chico sonrió y lo observó por algunos segundos.

—¿Qué me recomiendas?

—Los panecillos de queso son mis favoritos, han sido mi desayuno durante mi estancia aquí. —sonrió— Vamos, te compraré uno.

Almas gemelas~NaMon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora