No soy para ti (SEULRENE)

Capítulo 44: "Todos los caminos conducen hacia la fiesta"

Un par de semanas después – En Seúl

–Está en su oficina –Wendy no necesitó ni siquiera preguntarle a Sunny por Seulgi, apenas la asistente la vio cruzar por la puerta le indicó donde se encontraba la pelinegra.

Para la jovencita no valía ni siquiera la pena sacar la mirada de su celular, directamente bastaba con señalar. El caso es que la presencia de Wendy, de Joy y por supuesto de Irene y de las tres pequeñas que venían con ellas había pasado a ser una constante en el estudio de tatuajes, ni hablar de que ahora la lista en color "arcoirirs" de la pelinegra había aumentado a un considerable número de personas.

Wendy no frenó para preguntar si la pelinegra estaba ocupada o no, la morena ya sabía que estaba de color arcoíris para la pelinegra y sabía perfectamente que eso significaba un pase libre en cualquier momento. Tampoco lo que si la hizo frenar fue el sepulcral silencio que casi nunca había en el estudio. Subió su cara y dio un vistazo panorámico, todas las estaciones de los tatuadores estaban vacías. Wendy volvió sobre sus pasos murmurando por lo bajo cada vez que tenía que saltar algún inflable que estaba tirado por el piso o una Barbie que había quedado rezagada por allí, y se frenó en el escritorio de Sunny.

–¿Qué carajo pasa aquí? ¿Alguien tiró una bomba? ¿La rari sacó a pasear a raronzilla de su jaula? –fue esta última pregunta la que hizo reír a Sunny y la que hizo que la jovencita se demorara en contestar para actualizar la cuenta de twitter elgranrarón.

Después de que le mostró a Wendy su brillante tweet, réplica del chiste de la morena, ambas rieron y la joven contestó.

–¿Sabes que Taeyeon empieza sus clases el próximo lunes cierto? –la morena asintió, la noche anterior Irene se había encargado de demostrarle a Seilgi lo orgullosa que estaba por eso y el resto de los humanos lo tuvieron que escuchar.

–Ni me hagas acordar, menos mal que las niñas estaban de visita en el hogar –ojala ella hubiera decidido aceptar la invitación de la hermana Ana para hacer un retiro espiritual esa misma noche.

Sunny asintió.

–Te entiendo, esta mañana vivimos lo mismo aquí cuando Irene apareció de repente y se encerró en la oficina de Seulgi –Wendy giró los ojos. Por supuesto que ella había visto llegar a la castaña en un estado más que deplorable a la oficina –. De más está decir que antes se encargó de echar a patadas a la chica sobre la cual Seulgi estaba trabajando –una novia celosa era igual a menos clientes.

Wendy volvió a girar los ojos.

–¿Por eso se fueron? –señaló los puestos vació del resto de los tatuadores –. Sabía que el idiota le tenía miedo a los orgasmos, ni una sola vez escuché a Joy...

–No se fueron por eso –la interrumpió Sunny –. Seulgi los despidió –informó como si estuviera contando una pavada.

Por tercera vez en la mañana Wendy volvía a girar los ojos.

–¿Otra vez? ¿Y ahora por qué? –era como la vigésimo cuarta vez que los echaba.

–Porque es imposible que los chicos dejaran pasar el hecho de que Seul vuelve al colegio –contó Sunny y Wendy empezó a entender –. No iban a parar hasta que Seulgi no se muriera de la vergüenza –agregó.

Wendy rió.

–¿Qué le hicieron? Por favor dime que no superaron mi broma de la mochilita –la canadiense se había encargado de regalarle una hermosa mochilita de Bob esponja a la pelinegra. Cuando Seulgi atinó a dársela a su hija, Wendy se la sacó y le dijo que era para el rarón. El color de Seulgi fue de un rojo instantáneo que creció a un más cuando la morena sacó uno de los preservativos que había puesto en la mochilita y le dijo que era para el "recreo" del rarón y que no le iba a venir mal cuando lo tuviera que usar con alguna de las porristas del instituto –. Hubiera seguido con las demás cosas que tenía para ella si la estúpida de la castaña culona no hubiera tirado todo por la ventana –. Irene no iba a permitir a ninguna porrista cerca de Seulgi.