—¿Se puede saber por qué carajo tuve que pagar por cuatro cajas de pizza, Irene? —a Wendy le habían prometido una cena y eso era lo que quería y lo iba a defender hasta morir. Atacó a la rubia y a Seulgi apenas las vio salir de la cocina — ¿Qué pasó con el aroma exquisito que salía de la cocina? ¿Qué pasó con los mariscos que vi que estabas usando? ¿Qué carajo pasó con mi cena? —les reprochó con mala cara.
Irene giró los ojos mientras tiraba de la mano de Seulgi.
—Cálmate, Wen, la comida se quemó, eso es todo —les informó.
—A mí dame una buena pizza con mucho grasoso y delicioso queso y haces mi noche —opinó Sungjae que aún seguía muy relajado en el sillón.
—Cállate, idiota —el horno no estaba para bollos.
—Puedo... puedo... —la pelinegra se quería soltar de Irene para volver a la cocina —. Puedo intentar hacer algo con la comida que queda —dijo.
Irene no aflojó su agarre sino que tiró más fuerte haciendo que Seulgi se acercara a ella.
—Tú no vas a cocinar nada. Wendy es una caprichosa que no entiende cuando se le dice que no —la cena no iba por buen lado.
—Cierra tu boca, rubia idiota —a Seulgi no le gustó nada eso e intentó caminar hacia Wendy pero nuevamente Irene la frenaba —. Tú no tienes derecho a decirme malcriada cuando hace dos segundos llorabas porque la rarita prefiere este buen par de pechos que a tu enorme culo —lo acompaño con gestos.
—La cola de Irene es perfecta —Seulgi habló sonrojándose cuando el chico que estaba al lado de Wendy la inspeccionó.
—Y tus tetas no están nada mal —opinó el tatuador.
—¡¿Cúando vas a cerrar tu sucia boca, estúpido?! —le reprochó Wendy.
—No le hables así a Sungjae —le advirtió Joy.
Irene estaba a punto de estallar, su cabeza no podía aguantar una discusión más entre estas tres personas, y de hecho hubiera salido a frenarlos con uno de sus gritos de alto si la cara de su novia no le hubiera llamado la atención. Con sus brazos en su espalda y balanceándose en sus talones miraba a Wendy con su cabeza torcida y su típica cara de idea.
—Seul... —Irene quería saber que le llamaba la atención.
La pelinegra la miró rápidamente respondiendo al llamado .
—Perdón... Es que... Es que... —Seulgi golpeó su frente con su palma reprochándose su actitud. Después de la "charla" en la cocina la tatuadora se había prometido no dejar que Irene se sintiera dejada de lado por ella.
Irene se acercó a ella y sacó la mano de la frente de la chica.
—No te pegues —acarició el sector y dejó un pequeño beso sobre él —. Me gusta esa cara, tu cara de idea – confesó.
—¿Mi... Mi... Yo tengo una... Mi cara de idea? —preguntó curiosa y torciendo su cabeza.
Irene sonrió.
—Sí, esa que pones cuando piensas en alguno de tus dibujos o tatuajes —le aclaró recibiendo una profunda mirada de la pelinegra.
—¿Cómo lo supiste? —Seulgi la examinó tratando de buscarle secuelas de algún súper poder — ¿Tienes poderes? —le llegó a preguntar.
Irene soltó una carcajada y se abrazó a su chica.
—El único poder que tengo es el de conquistar a pelinegras tiernas como tú que me derriten con cada una de sus caras —le dijo besando su cuello y soltando varios resoplidos para hacer reír a Seulgi.
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No soy para ti (SEULRENE)
FanficUna millonaria inversora llega a la ciudad de Seúl acompañada de su socia y mejores amigas con el propósito de arrasar con todo y agregar más logros y millones a su perfecta y controlada vida. Nunca pensó que sus prioridades iban a cambiar de forma...