Capítulo 41: "El adiós de la ballena"

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A la mañana siguiente en casa de los señores Bae

—Mmmmm Seul, amor... —Irene aún no abría sus ojos y aun así, no le era necesario hacerlo para saber que su novia estaba mucho más que entusiasmada esperando a que ella despertara. Algo duro y enrome la apoyaba desde atrás —. Mmmm... Seulgi... Cariño... Tienes que tratar de calmarte... —aunque la castaña tenía que admitir que le gustaba poner a su pelinegra así, aun su cuerpo no se había recuperado del todo de su última sesión con la pelinegra —. Seulgi... amor... Recuerda que Yeji está durmiendo con nosotras —Irene alcanzó a abrir un ojo para ver a una desparramada pelinegrita durmiendo como si fuera la dueña de la cama.

Por más que sus ojos volvieron a cerrarse, una sonrisa se dibujó en la castaña al ver a su pequeña con un dedo de su mano en su boca mientras que con la mano libre acogotaba a su maltratado conejo celeste.

Irene respiró hondo en señal de paz, parecía que todo estaba en orden, tal cual le gustaba a ella. Inclusive la enorme erección de Seulgi en su trasero le parecía normal y hasta decidió sentirla un rato más.

—Mmm amor, vas a hacer que termine siendo adicta a despertar así —le susurró a la pelinegra —. Me voy a terminar acostumbrando y después vas a tener que hacer un esfuerzo para mantenerla así todas las mañanas —Irene rió de su propio comentario, para Seulgi eso no era ningún problema, la pelinegra siempre estaba lista, era como un Boy scout "siempre lista".

Irene escuchó un "plop" y abrió despacio los ojos, Yeji había soltado su dedo y eso quería decir que estaba pronta a despertarse, por ende Irene se tenía que ir preparando mentalmente para comenzar el día. Cerró los ojos para terminar de recargar sus energías, energías que la pequeña pelinegrita y la enorme pelinegra que tenía en este momento, Irene en su cama se encargaban de gastar. La castaña suspiró y le agradeció a Dios que le hubiera dado una hija como Jennie que ayudaba a restablecer su equilibrio A diferencia de Yeji, Jennie era más inteligente que los niños de su edad, aprendía rápido y no le costaba para nada seguir órdenes. Más bien, Irene tenía que admitirlo, a la pequeña castañita le sentaba tan bien como a ella dar las órdenes. Ordenes que por supuesto a Seulgi y a Yeji les costaba seguir y encima de todo encontraban sumamente divertido desacatarlas para el enojo de las castañas.

Irene abrío los ojos y miró al conejo celeste que las acompañaba en la cama. El peluche era el ejemplo perfecto para lo que Irene quería explicar. La noche anterior cuando Sunmi Lee había dejado a la pequeña familia en su casa, Jennie estaba completamente dormida con su vestido impecable y sin una arruga. A Seulgi no le costó nada ponerla a dormir en su cama de la habitación que la pequeña compartía con Lisa y con su hermana, para cuando la pelinegra y la castaña terminaron de ponerle el pijama y de darle el beso de las buenas noches a Jennie para poder dedicarse a Yeji, se dieron cuenta que la pelinegrita no se había quedado donde Irene la dejó. No fue hasta que Irene revisó su celular y encontró un mensaje de su madre diciéndole que fuera urgente para su habitación que se encontró con una entusiasmada y totalmente llena de chocolate Yeji, contándole a sus dos abuelos absolutamente todo lo que había hecho en la cena, incluida la parte de la desnudez e incluida la parte en que una vez vestida con otra ropa, la pequeña agarró el postre de Sunmi que consistía en un exquisito helado de chocolate bañado en licor de avellana y se encargó de no dejar parte de su última prenda de ropa sin manchar. Marie y Stephan se reían a carcajadas cuando la pequeña decía "nuda" "choco" y "Maa", y las risas incrementaron aún más cuando Irene agarró a la pequeña y se la llevó no sin antes dejar que le tirara un par de besos a sus "nonos". Pero eso no fue todo, cuando Irene cometió el terrible error de entregarle a Seulgi a la pelinegra para que fuera dándole un baño mientras ella le buscaba la ropa para dormir, Irene se encontró con que no solo Yeji había huido de su novia como siempre, si no que esta vez no había huido hacia sus brazos, sino más bien, hacía otro brazos. irene y Seulgi encontraron a Yeji desnuda y muy acurrucada entre Yunho y Yoonji contándole exactamente lo mismo que le había contado a sus otros abuelos. Y a pesar de que la empresaria encontró adorable que, al igual que su novia, Yeji compartiera el mismo sentido de justicia y lo que le cuenta a unos abuelos, se lo tuviera que contar a los otros, la castaña no demoró en agarrar a la pequeña y llevarla al baño ella misma no sin antes dejar que bajo protesta la pequeña saludara a los señores Jung de la misma forma que lo hizo con sus padres. Pero la aventura de Yeji tampoco terminaba allí, primero porque era prácticamente imposible sacarla de la bañadera, segundo porque fue imposible hacerla dormir sin antes encontrar a su "pompón" como la niña le decía a su conejo y tercero, porque aun con conejo y todo la pequeña se apareció en la habitación de sus dos madres, con un conejo en una mano y con una ballena inflable en la otra. Ballena que Irene no sabía cómo miércoles hacía la pequeña para encontrarla y con la cual Irene tuvo que compartir su noche.

No soy para ti (SEULRENE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora