—¡Irene! ¡Seulgi! ¡Alguien vino a visitarlas! —castaña y pelinegra giraron al llamado de la voz de Marie.
—¿Iren...? —no terminó de preguntar cuando vio quien estaba parada al principio del jardín mirando la escena — ¡Sunmi! —Seulgi estaba contenta.
—Maldición —Irene no estaba para nada contenta.
—Uuu... uuu...
Mientras Yeji le seguía demostrando su más reciente aprendizaje a cada persona que se le cruzaba, incluida las bailarinas que esperaban por el diseño de Seulgi, un monstruo verde se despertaba de a poco en el interior de Irene.
—Pensé que iba a ser divertido verle la cara a mi hija —Marie le comentó tanto a Yoonji como a Wendy que estaban a su lado en la puerta de casa —. Pero ahora que lo pienso mejor, no me parece tan divertido —sacó mejores conclusiones luego de percibir la rabia que salía de los poros de su hija —. Esa mujer no me cae para nada bien —agregó de mala manera.
—Había olvidado cuanto detesto a la perra esa —comentó Wendy señalando a la recién llegada —. Algo se trae entre manos —dijo — ¡Joy! —no hizo falta que Wendy le dijera, la perceptiva bailarina ya estaba sacando a las tres pequeñas del jardín con ayuda de la hermana Ana y Seolhyun.
—Y por la cara de Irene, ella la detesta mucho más que ustedes y yo juntas —esta vez fue Yoonji la que señaló lo obvio — ¿Cree que ya sabía que eramos los padres de Seulgi? —Wendy y Marie la miraron, estaban tan ocupadas queriendo molestar a Irene, que no se habían dado cuenta de ese detalle. Sunmi acababa de descubrir que los señores Park tenían relación con las inversiones Bae-Son.
—Por la cara de tu marido, él debe estar pensado lo mismo —opinó Marie. Tanto Yunho como Stephan habían dejado de acosar a las bailarinas para acercarse a Irene como soporte de la castaña.
—¡Dios! Se van a sacar chispas —Marie señaló a Sunmi Lee y después a su hija —. Parece que estuviéramos viviendo un duelo de miradas mortales -apuntó mirando como una ya erguida Irene enfrentaba desde la distancia a la dueña de la joyería que no se quedaba atrás con su postura desafiante.
—Bueno, si la muy idiota se atrevió a venir hasta la casa de sus enemigos, va a tener que soportar mucho más que un par de miradas —Wendy estaba que hervía y caminó con fuerza para juntarse con los dos hombres detrás de Irene. Yoonji y Marie se miraron y después de varios segundos siguieron a la canadiense.
—¡Sunmi! —Seulgi se acercó a la elegante mujer con entusiasmo y hacía que el monstruo verde estirara sus brazos recién levantado y listo para iniciar batalla. Irene respiraba profundo y contaba hasta diez una y otra vez, su mirada nunca dejó a la mujer más grande.
—Tranquila, Irene —sintió que el padre de su novia le murmuraba.
La castaña volvió a respirar hondo y se concentró en el dolor que aun emanaba su cuerpo por las cosas que su pelinegra había hecho con ella. Seulgi le había demostrado con cada embestida, con cada segundo que pasó besando su piel y con cada letras que formaba hermosas palabras que la amaba como a nadie e Irene no podía dejarse llevar por la simple presencia de esa idiota que para la castaña no era más que una vil estrategia en contra de sus inversiones. Pero para nada ayudaba a calmar los celos de la empresaria que la joyera luciera espléndidamente bien en un vestido blanco de tela ligera que destacaba las largas piernas. Mucho menos hizo para calmar al monstruo el hecho de que la sonrisa de Sunmi se extendiera apenas vio a Seulgi llegar a abrazarla.
—¿Qué haces... qué haces aquí? —preguntó Seulgi aún entusiasmada. El tono jovial de su novia hizo que el monstruo sacara sus uñas una por una.
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No soy para ti (SEULRENE)
Fiksi PenggemarUna millonaria inversora llega a la ciudad de Seúl acompañada de su socia y mejores amigas con el propósito de arrasar con todo y agregar más logros y millones a su perfecta y controlada vida. Nunca pensó que sus prioridades iban a cambiar de forma...