Capítulo 31: "Una llega y otra se va"

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Un mes después

Departamento de Irene - Sábado a la noche

—¿Entonces hoy no sales con Seung Hyun? —Joy cuestionaba a Wendy mientras ambas llegaban al departamento con comida para cenar dispuestas a unirse a Irene en una relajada velada de amigas.

Wendy agitó su cabeza y trató de calmar sus respiraciones cuando vio la enorme sonrisa de Joy por su respuesta.

—Dijimos que hoy era noche de chicas, ¿o no? Tengo ganas de estar con mis dos mejores amigas, charlar sobre moda, comer y ver películas —le aseguró —. Además, Seung Hyun está de viaje —mintió. Seung Hyun no estaba de viaje, pero la misma canadiense se había ocupado de que el chico entendiera que ahora Wendy estaba demasiado ocupada para cumplir con sus deberes de novia, ahora Wendy estaba trabajando en recomponer su relación con Joy. Por supuesto que eso no era lo que Wendy le decía a su novio, las excusas que llegaban al oído del muchacho eran de diversa temática, desde dolores de cabeza hasta ciclos menstruales, el caso es que siempre algo se interponía en su juntadas.

Desde su enfrentamiento con Sungjae se había prometido que ella no iba a ser nunca más la causa de las lágrimas de la bailarina y que, por el contrario, iba a trabajar duro para que la rubia se convirtiera en la misma felicidad andante que era antes de que el tatuador apareciera. Pero para todo eso se tenía que sacar a su novio de encima, y de hecho lo hacía, pero con mentiras diferentes que se le estaban agotando por cada día que pasaba lejos del muchacho. Al principio pensó que se estaba metiendo en un lio terrible, Seung Hyun estaba prácticamente a un llamado de distancia de su madre, pero el primer viernes a la noche que sintió a Joy llegar a su dormitorio con la excusa de no poder dormirse para después abrazarse a ella, pensó que todo valía la pena. Y esa noche no iba a ser una excepción, había esquivado la invitación de su novio para algún evento social poco interesante y si tenía suerte iba a poder tener a la bailarina acurrucada en sus brazos nuevamente como ya casi todas las noches que ambas que se quedaban mirando televisión, charlando o simplemente la gran vista que les ofrecía el ventanal del departamento.

—Me encanta ese plan, Wendy. —le dijo Jessica sinceramente mientras dejaba un beso en la mejilla de la sonrojada canadiense.

—¿Tienes tu llave? —preguntó Wendy —. Aún tenemos que sacar al idiota de Bogum del departamento —el chico se pasaba casi todos los fines de semana revoloteando alrededor de Irene y tratando de que algunos de sus métodos de apareamiento, muy precarios si le preguntaban a Wendy, funcionaran.

Joy alzo en su mano la pequeña llavecita dorada que colgaba de un llavero enorme de un pollo que le había regalado Wendy en alguna ocasión y la puso en la cerradura para luego empujar la puerta.

—¡Unnie! ¡Noche de chicas! ¡Trajimos comida! ¡Trajimos tu pref...! —no alcanzaron a llegar a la sala que tuvieron que frenarse ante la imagen de su amiga acostada en el sillón blanco con Bogum encima de ella. Los dos tenían aún la ropa puesta, pero por las manos del chico parecía querer ir por mucho más.

Wendy se adelantó y enfrentó al muchacho.

—¿Qué demonios crees que haces? —preguntó.

—¿Qué piensas que estoy tratando de hacer, Wendy? —contestó el chico parándose del sillón de muy mala gana.

Wendy miró a una sonrojada Irene que esquivaba las miradas de sus amigas mientras se alejaba del muchacho acomodándose la ropa.

—¿En serio, Irene? ¿En serio? ¿Cuál es tu problema? ¿Piensas que vas a cambiar a la rarita por este estúpido? ¿De verdad? —indagó.

No soy para ti (SEULRENE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora