Quince minutos más tarde Seulgi estaba sentada de brazos cruzados en una de las reposeras de la pileta del jardín mirando atentamente cada movimiento de su novia con Bogum. Irene y el chico charlaban entretenidamente del otro lado de la pileta, un poco más alejados justo enfrente de la pelinegra. La castaña se había ubicado de tal manera que su novia pudiera ver cada caricia provocadora que Bogum le hacía a Irene y que la empresaria no esquivaba para nada. De vez en cuando la castaña pasaba sus manos por los brazos marcados del muchacho haciendo que la pelinegra tuviera que poner extra fuerza en su agarre para no ir y darle un merecido puñetazo en la cara al chico. "Compórtate, Seulgi" eran las palabras que con la voz de Irene recordaba la pelinegra y que la hacían frenarse.
Pero cuando la risa de la castaña retumbaba en el jardín, Seulgi se tensaba y mordía su boca con cada rose que el estúpido chico le entregaba a quien se suponía que tenía que ser su futura esposa. Y ni hablar de lo que le provocaba a Seulgi que la boca del chico estuviera tan cerca de la oreja de Irene. La tatuadora estaba segura de que su alma había salido de su cuerpo y estaba corriendo cual expectrum patronus para proteger a Irene. Protección que ella debería estar dando, pero en lugar de eso, Seulgi, tenía que estar vigilando a sus hijas, o eso era lo que la había mandado a hacer Irene y lo que menos estaba haciendo Seulgi. Jennie y Lisa ya mandoneaban a Yeji lo suficiente y además los cuatro abuelos más las dos mellizas estaban alrededor de la pileta también. Después de todo era la última tarde que iban a pasar con las niñas antes que se volvieran a Seúl y los mayores quería disfrutar de sus nietas hasta el último segundo y eso le dejaba bastante tiempo a la tatuadora para sentarse a absorber como su novia la provocaba.
Seulgi dio una rápida mirada a sus hijas y después a los mayores. Las mujeres se reían de cualquier anécdota que las mellizas estuvieran contando mientras que cerca de ellas Stephan y Yunho se habían encargado de la difícil tarea de inflar cada uno de los animales inflables que Yeji y Seulgi habían comprado. Hasta ahora el recuento era, cuatro ballenas, dos cocodrilos y un delfín rosado, y todavía faltaban bastantes. Seulgi miró a Yeji corretear con el perro entre sus brazos mientras Jennie y Lisa la retaban y se quedó tranquila, todo estaba normal. Bueno casi todo, porque el estúpido ese seguía tratando de conquistar a su futura no esposa.
–¿Puedes dejar de mirarlos así? –Wendy se había cansado de las muecas de tristeza que Seulgi hacía mientras Bogum manoseaba sin pudor a Irene.
Seulgi no dijo nada, tampoco quitó la vista de la pareja, solo se limitó a alzarse de hombros y a agarrarse fuerte de la reposera cada vez que el chico tocaba a su novia.
Wendy giró los ojos y sin dudarlo le dio una palmada en la cabeza a la pelinegra.
Seulgi giró de inmediato y miró a la morena enfurecida.
–¿Por qué... por qué... por qué...?
–¿Por qué... por qué.... Por qué...? –Wendy imitó a Seulgi con alevosía y burla –. Te lo mereces por rara –le dijo levantando su mano para frenar cualquier palabra que pudiera salir de la pelinegra –. Y antes de que alguna raripalabra salga de tu rariboca te voy a explicar algo –le aclaró la canadiense quien giró los ojos cuando la pelinegra volvió a levantar los hombros como si nada le importara.
»La idiota de tu novia...
–No es... Irene no es idiota –Irene es perfecta para ella.
A esta altura Wendy pensaba que iba a tener que dejar los ojos girando permanentemente.
–Escúchame una cosa, Rari, esto va a funcionar así, yo hablo y tú escuchas, ¿de acuerdo? Y no quiero una levantadita de hombros como respuesta. ¿Me oyes o el terrible rarón que tienes entre tus pernas ha crecido de tal manera de mirar a tu castaña que ha llegado a tapar tus oídos? –la canadiense tuvo que aguantar la sonrisa cuando la pelinegra se tomó el tiempo de mirar el estado de su bulto.
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No soy para ti (SEULRENE)
FanficUna millonaria inversora llega a la ciudad de Seúl acompañada de su socia y mejores amigas con el propósito de arrasar con todo y agregar más logros y millones a su perfecta y controlada vida. Nunca pensó que sus prioridades iban a cambiar de forma...