Capitulo 11.

7.4K 363 15
                                    

Cosas a las que le tengo cero tolerancia:
1. Que me dejen hablando sola.
2. Que me dejen sola en un lugar.
3. Que me cambien la canción, intencionalmente.
4. Perder mi orgullo.

No me había dado cuenta de cuan tanto odiaba estas cosas hasta que las experimente todas juntas con Adam en un solo día. Habían pasado 10 minutos desde que me había abandonado en su habitación y me estaba volviendo loca ahí adentro, no sabia porque motivos no le dije que se me quitara de encima, me sentía humillada ante el, sentía como si hubiera perdido la primera ronda cuando el ni siquiera sabia que estábamos jugando.

En este momento tenia dos opciones: ir tras de Adam y exigirle que me lleve a casa o esperar a que llegue y exigirle que me lleve a casa, me decidí por la primera ya que era la menos patética de las dos.

Salí de su habitación hecha una furia tratando de seguirle el rastro, teniendo la esperanza de que el siguiera en algún lugar del edificio, lo que fue una estúpida idea porque lo único que tenia era que el había tomado la dirección opuesta y yo había recorrido una decena de pasillos sin éxito alguno. Inmediatamente me di por vencida de que no lo iba a encontrar ahí adentro empecé a buscar la salida otra vez no teniendo éxito alguno, este día no podía ir mejor para mi. 

Al parecer mi determinación por encontrar a Adam no me permitió ver cuantas personas me estaban mirando ahora mismo, nada mas me podía imaginar la pinta que tenia como uno de los niños perdidos de Peter Pan y una mirada de querer asesinar a alguien definitivamente no era uno de mis mejores aspectos y el uniforme lo único que hacia era delatarme mas. 

Note a un grupo de chicos caminando hacia a mi y no chicos cualquiera sino jugadores de fútbol americano. 

- Hola nena -ew,me llamo nena. Estaba a punto de doblarle los ojos pero pense  que ellos pueden ser mi única ayuda en encontrar a Adam.- Te ves un poco perdida ¿necesitas ayuda?

- ¿fue el uniforme lo que me delato, verdad? -trate de bromear. 

- Se podría decir -respondió uno de estos.

- Pues habla por ti misma colega porque lo que me hizo venir hasta acá fueron esas piernas -respondió otro, los demás palmearon su hombro y asintieron con la cabeza dándole comentarios positivos sobre lo que acaba de decir.

¿Es que nunca se cansaban de ser tan cerdos? no excusa de porque no quería a mi hermana saliendo con uno de estos chicos. 

- Si, bueno -balbucee- Necesito su ayuda para encontrar a Adam, Adam Brooks. -solté y todos y cada uno de ellos enarco una ceja. No me gustaba ese gesto, casi me hacia pensar de que ellos sabían exactamente la razón por la que yo estaba aquí o como si supieran lo que paso entre Adam y yo unos minutos atrás.- ¿Me van a ayudar o no?

- Si, si si claro -exclamaron- Simplemente nos sorprendió, no sabíamos que a Adam le iba el rollo de las chicas como tu. -exclamó otro. ¿chicas como yo?. 

- A mi no me sorprende -dijo otro de ellos, el mas alto.- Mas me sorprende que este con esa chica Thompson -en seguida escuche eso sentí mi sangre ardía dentro de mi.

- ¡Hey hey hey! Alto ahí -levante mi voz y esto pareció cogerlos desprevenidos- Primero que todo ¿A que te refieres cuando dices "chicas como yo"? -voltee mi cabeza para que me contestara el chico que lo había dicho. Lo encontré con los ojos y este respondió: - Pues de las que aun siguen en el colegio ¿verdad chicos? -estos asintieron con su cabeza.

- Y segundo que grosero de mi parte no haberme presentado aun-centre mi atención en el chico alto- Kaitlyn Thompson, la cuñada de Adam -le extendí la mano y el la tomo el resto de ellos quedaron completamente callados, como si hubieran visto un fantasma. 

El novio de mi hermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora