Capítulo 2

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Antes de seguir comentando sobre el plot twist del verano de Kibum (peor que el de Contratiempo), deberíamos empezar por el principio de lo que llamaremos la tragedia '2kids':

Taemin y Taeyeon.

Sus papás cometieron varios errores a lo largo de sus vidas, entre ellos lo que pasó hace tres años: dos potenciales algo creciendo en el vientre de su madre a los que él, muy cariñosamente, decidió llamar parásitos.

uhg, viva el sarcasmo.

Desde entonces Kibum piensa que existen los accidentes y las catástrofes, y que esa fue una catástrofe.

La noche que le dijeron que tendría no uno, sino dos hermanitos, Kibum pensó que el sentido del humor de su familia estaba pasado de moda.

Cuando nadie se rió, consideró llamar a un profesional para preguntar sobre los síntomas de demencia senil. Luego, como última y más viable opción, está la que llevó a cabo:

Se levantó dramáticamente de la mesa, sacó un preservativo del bolsillo y les preguntó a sus padres para qué mierda le pedían a él que se cuide si ellos no lo hacían.

(Había tenido LA charla anual en la escuela, no es que llevara siempre un preservativo en el bolsillo del pantalón).

En fin, estuvo castigado hasta que nacieron los diablos.

No le importó, para él fue una reacción absolutamente válida.

Sus padres rompieron con la armonía natural de su vida, no podía reaccionar bonito a eso.

Taemin y Taeyeon.

Eran mellizos, y sus padres definitivamente sufrían demencia senil. Solo bastaba con ver los nombres.

Sus noches de tranquilidad se habían agotado. Ahora eran llanto, gritos, olor a vómito y leche cortada en toda la casa.

Los errores, si bien no fueron hechos a conciencia, sí fueron hechos con terribles pulmones.

En fin, que la vida en su familia dió un giro de 180. Y la de él, desde entonces, no paró de girar. Ya no era el único ni el más pequeño ni el más mimado.

Maldita ESI, debería ser materia obligatoria para padres también.

Taemin y Taeyeon demostraron a medida que iban creciendo, que no solo tenían pulmones fuertes, sino que también sus dientes no eran ninguna broma. Y por alguna razón se volvían caníbales cuando veían un poco de la piel de Kibum. Ese año gastó mucho en cremas, curitas y paciencia.

Que empezaran a caminar fue la cereza del postre. Tocaban todo, rompían todo, ensuciaban todo. Y los muy manipuladores tenía la caradurez de hacerse los inocentes.

Sin ir más lejos, una tarde salió con sus amigos y cometió un grave error: dejó la puerta de su habitación abierta.

Para qué, los mini destructores se encargaron de pintarle con temperas su colección de Converse. Y no solo eso, sino que también le rompieron todos los pares de anteojos de sol,

Y TENÍA 21.

Cuando volvió sintió como su alma se le salía del cuerpo. Era un cementerio de sus más bellas posesiones. Los quiso matar.

Pero la mamá los defendió cuando empezaron a llorar por los gritos de Kibum.

Malditos demonios. Él también lloraba, pero para su mamá el llanto de esos parásitos parecía ser más importante.

Por suerte, esa noche, cuando finalmente logró calmarse, su papá le dio la plata para que repusiera todo.

Seguía siendo su consentido.

Un pequeño consuelo.

About Summer [Jongkey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora