CAPITULO 5

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Esa noche no me llamaron a cenar. A la mañana siguiente en el desayuno nadie hablo, algo que era bastante habitual

Pero las caras de mis padres expresaban que no habían dormido

Obvio que tampoco pregunté nada. Lo lógico hubiese sido que yo dijera:

-Miren, esta todo bien, yo soy parte de la familia. Ezequiel es mi hermano si se mando una cagada tengo derecho a saberlo. No me parece justo estar enterandome por terceros. Además ya tengo 10 años. Me merezco una explicación así que cuentenme todo

Ya lo dije, no pregunte nada. Valoraba lo suficiente mi pequeña vida como para desafiar a mi padre

Si bien era cierto que el nombre de Ezequiel no se nombraba habitualmente en casa, después de ese incidente la sola mención de su nombre provocaba chispas

Yo no tenía idea de lo que podía haber pasado, la actitud de mis padres me sonaba exagerada. Mi madre había descuidado su jardín, algo que se notaba a primera vista. Y mi padre, bueno, su malhumor superaba todo lo imaginado

Me dediqué, aprovechando que nadie me prestaba atención a espiar conversaciones y nada. Lo único que escuchaba era a mi madre llorar y a mi padre insultar y decir a cada rato

-¿Porque a mi? ¿Porque a mi?-

Después emnumeraba todo lo que le había dado a Ezequiel. Colegios, viajes, deportes.

Parecía tener todo anotado en algún lugar, una suerte de inventario educacional

Yo creí que mi hermano le había hecho algo directamente a él, después de todo no decía: ¿Porque a nosotros? Sino ¿Porque a él?

Con Mariano nos propusimos avanzar hasta el fondo del asunto, pero por más que intentamos sobornar a Florencia ella tampoco pudo averiguar algo. Si no se lo habían contado al padre de Mariano debía ser más grave de lo que imaginamos

Solo tenía dos opciones: preguntarle a mis padres o a Ezequiel. Opte por la segunda

Lo único que faltaba resolver era cuando. Yo nunca había ido a la casa de Ezequiel, es más tampoco sabía donde quedaba. Tarde 3 o 4 días en encontrar su dirección en una de las libretas de mamá

Entonces me dispuse a hacer un viaje, un viaje en el 60, un viaje en colectivo. De San Isidro a Palermo, un viaje de 40 minutos

Un viaje que cambiaría mi vida para siempre

Los ojos del perro siberianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora