Los últimos días antes de morir, Ezequiel tenía momentos de lucidez y momentos de delirio. Podía estar hablando normalmente y de repente perder el hilo de la conversaciónEstaba durmiendo cuando llegue a la habitación, la abuela aprovechó mi arribo para ir a tomar un café
Me senté al lado de la cama y le tomé la mano, mientras se la acariciaba se despertó
-¿Sabes? Yo te enseñé a caminar-
-Si, lo se-
-Vaya paradoja, yo te acompaño en tus primeros pasos y vos me acompañas en los últimos-
-No digas boludeces, Ezequiel-
Sonrió. Cerró los ojos un rato, cuando los volvió a abrir me dijo:
-He visto cosas que ustedes no creerian. Naves de ataque ardiendo sobre el hombro de Orión-
Esta delirando otra vez, pense
Volvió a sonreír, me apretó la mano. Cerró los ojos y se quedó dormido
Nunca más los volvió a abrir
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Los ojos del perro siberiano
Acak-Hay un cierto aire de verdad en los ojos de los perros siberianos. Como si supieran nuestros secretos