-Por favor no me llames de señorita, soy Lea y si no te importa te llamaré solo Rosa- ella me miro con una gran sonrisa y no pude evitar darle un abrazo y un beso en la mejilla y ella reaccionó rápido y me abrazo.
-Lo siento- Dije cuando me separe.
-O no es nada mi niña, eres dulce como mi Daniel- me sonrió y me acaricio la cabeza y el pelo.
No sé por qué la abracé, pero me salió del corazón.
_¿Quieres un poco de limonada?
-Está bien-bebí la limonada-Voy a mi habitación a descansar un poco.
-Ok mi niña.
-Me encanta que me llames así Rosa-le di un beso en la mejilla y me fui.
Me tumbé unos minutos en la cama mientras miraba mi móvil, pero me debí de quedar dormida, hasta que unos golpes en la puerta me despertaron
-Adelante.
-¿Qué tal? ¿Está todo a tu gusto?
-Está todo perfecto, gracias Daniel, ¿Pero como sabías que mis colores son el blanco y lila?
-Primero no hay de que agradecer, fue un placer hacerlo- me dijo con una sonrisa perfecta- y segundo llame a Ani para preguntarle, estaba en dudas entre tres colores y uno era este.
-¿Parece que me conoces bien?- Le conteste con una sonrisa igual de grande.
-Solo observo, los colores de tu ropa, normalmente vas de blanco, negro, lila claro u oscuro, y solo de vez en cuando eliges otros colores como rosa pálido o fuxia entre otros.
-Muy observador- nos reímos, era música para mis oídos escuchar su risa.
-Bueno, te llamé porque ya casi está la cena y me dijo Dilaila que te iba a llamar y de paso que subía a ducharme y cambiarme ya te llame yo.
-uff, ¿Ya es hora de la cena?
-Pues sí, ¿Te quedaste dormida, verdad?
-Sí- dije con cara de pena.
Los dos volvimos a reír a carcajadas.
-Bueno te dejo que te alistes para bajar a cenar, nos vemos al rato.
-Ok
Daniel cerro la puerta, ya que se había quedado en ella sin entrar del todo, solo se apoyó en el marco, me levante y me metí una ducha, levarme el pelo, me seque con una toalla el cuerpo y el pelo, me puse unos pantalones cortos y una camiseta un poco floja, no me puse sujetador, ya que en casa nunca lo llevo es una de mis costumbres, puse unas chanclas adidas de andar por casa y empecé a bajar las escaleras, ya estaban los 3 sentados a la mesa, Daniel esta también con el pelo mojado con su habitual perfecto peinado, llevaba unos pantalones cortos tipo bañador de algodón y una camiseta de tiras negra con grandes agujeros en las axilas. Está guapísimo, me miro de arriba abajo mientras bajaba, se le formó una sonrisa, mi madre y Robert estaban de espaldas juntos y yo me senté al lado de Daniel, cuando llegue junto a ellos.
-Buenas noche- dije cuando me senté.
-Buenas noches, hija ¿Qué tal tu día?
-Bien, pero esta mesa no estaba cuando llegue.
-No, la trajeron hace unas horas y la colocaron aquí, tu madre decía que comer abajo era muy serio, a sique colocamos esta mesa aquí al lado del ventanal-dijo Robert y yo asentí.
El ventanal quedaba a nuestra espalda y al lado izquierdo, es una mesa blanca con 6 sillas, está haciendo juego con los sofás- La cena transcurrió entre risas y anécdotas de trabajo.
-Bueno chicos nosotros subimos a nuestro cuarto, estamos cansados-dijo mi madre.
-Vale, hasta mañana-Dijimos Daniel y yo al mismo tiempo.
Subieron las escaleras y Daniel y yo nos tomamos el postre.
_¿Has visto el jardín y la piscina?
-No, aún no.
-Bueno pues cuando acabes vamos a verlo.
Acabamos con el postre, llevamos los platos a la cocina y cruzamos por la sala, salimos bajando los dos escalones y abriendo las puertas de cristal, que dio paso a una gran piscina un poco lejos porque antes hay unos sofás y sillones con una gran mesa para comer con doce sillas, una barbacoa, todo en el precioso porche que rodea la casa. También hay unas tumbonas con unas sombrillas gigantes y mesas puestas al lado de las tumbonas, nos fuimos acercando al borde de la piscina.
-¿Te gusta?
-Si, Daniel es preciosa, esta casa esta genial.
-Pues cuando veas la de la playa te va a dejar sin palabras.
-No me digas que tenéis una casa en la playa.
-Pues sí, en la Isla Siesta Key Beach
-Es una Isla ni más ni menos-los dos nos echamos a reír.
-Iremos el 4 de julio, es una tradición de todos los años.
Los dos nos estábamos mirándonos a los ojos, sin darme cuenta patine en el borde de la piscina, perdimos el equilibrio y caímos al suelo, yo quede encima de Daniel, estábamos tan cerca que nuestros alientos se mezclaban y venía el aroma de su perfume Hugo Boss que se mezclaba con el mío de olor a mandarina y vainilla, tragamos saliva, Daniel tenía sus brazos recorriéndome la cintura y yo tenía mis palmas en su pecho, nos miramos a los ojos y labios, tenía muchísimas ganas de besarlo, pero me resistí, me levante rápido, mis mejillas ardían y estaban rojas, salí corriendo a mi habitación, estaba nerviosa ¿Qué me pasa? Daniel me produce sentimientos que nunca he tenido, cada vez que me mira de esa manera siento como mi piel arde de deseo y atracción hacia él, Uff, mejor me voy a duchar y meterme en la cama, a ver si puedo dormir.
DANIEL*******
Me quede allí tirado en el suelo un rato, recordando como la tenía en mis brazos, noté que ella también quería basarme, tenía tantas ganas como yo, pero salió corriendo, Sonreí como un tonto mientras miro las estrellas.
Después de un rato subí a mi habitación, me tumbe en la cama y me quede dormido rendido al instantánea. Me desperté por la mañana, me metí una ducha, duró un poco de más de la cuenta solo pensar en Lea tengo una erección, tengo que pensar en otra cosa porque si no me va a ser difícil ponerme frente a ella, salgo de la ducha con la toalla en la cintura, y cuál es mi sorpresa que se abre la puerta.
-Daniel he llamado a la puerta, pero como no contestabas.....
Se da cuenta de como estoy cuando levanta la mitrada, me mira de arriba a bajo, igual que yo a ella, esos mini pantalones rosa y esa camiseta de algodón de tirantes que deja ver sus pezones erizados por falta de sujetador, me está volviendo loco, aprieto las palmas de las manos en puños, y los abro y cierro para relajarme, pero me lo pone difícil, su boca está medio abierta y los moja con su lengua sin darse cuenta, tengo que hacer algo para dejar de mirarnos o, sino no podre aguantar y la haré mía en este preciso momento.
-¿Lea?, que pasa- tragué saliva cuando la vi recorrerme el cuerpo y mirarme a los ojos mientras bajaba despacio.
-eh...... Eh.....a sí que nos llaman suestros padres para desayunar , que ya es tare y tienen que hablar con nosotros.
-Ok, ahora bajo.
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DANIEL Y LEA Terminada
RomanceLA VERDADERA HISTORIA DE DANIEL Y LEA, DOS HERMANASTROS QUE NO DEJAN QUE TODO EL MAL LES AFECTE Y PROTEGEN SU AMOR. SON DOS CHICOS UNIVERSITARIOS QUE AUNQUE NO LO SABEN ESTÁN PREDESTINADOS A AMARSE. ESTA HISTORIA LA ESCRIBÍ YO Y MI CABECITA PERO T...