CAPITULO 22

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-Ven vamos a ver una peli -nos acostamos en la cama y puse en una cadena de pelis, puse una que nos gustó "El Diario de Noa", yo ya la había visto me gusto aunque no la vi con la mejor compañía, la verdad que me acuerdo ni como se llama la chica, pero no me atrajo mucho por qué vi la película entera.

Cuando iba por la mitad de la peli Lea se sentó y se giró, se puso de rodilla enfrente de mí, y se sacó la camiseta con el sujetador dejando sus pechos al aire, me senté y empecé a acariciarlos mientras la miraba, ella empezó a gemir igual que yo al escucharla, jugué con sus pezones y los apreté despacio sin hacerle daño, la excito más y mordió su labio, tumbe le saque el pantalón y las bragas, saque mi camiseta, mi pantalón y mi bóxer, me subí encima de ella, abrió sus piernas y la penetre despacio dulcemente, mientras nos besábamos con amor y entre gemidos de placer, ella me rodeo con sus piernas, mientras la penetraba y besaba, la acariciaba el pecho.

-O, cariño, como me gusta-me decía ella entre jadeos-te quiero cariño, me voy a correr- su voz era entrecortada.

-Yo también te quiero y tampoco puedo más.-le conteste entre embestidas y con la voz demasiado grabe.

Estábamos sudando, teníamos una película de sudor deliciosa, ya llevamos un rato haciendo el amor despacio y derramando nuestro amor en cada jadeo y embestida, la bese acelere las penetraciones apretando bien nuestro bien mi polla en su sexo, nuestros gemidos y gruñidos eran escandalosos y el ruido de nuestros choques de cuerpos se callaban con ellos, hasta que nos corrimos.

-Que placer cariño-me decía Lea con la voz entrecortada mientras se corría.

-O dios si, que es un placer-le conteste como pude también mientras me corría dentro de ella.

Nos besamos unos minutos más, salí de ella y me acosté a su lado, se apoyó en mi pecho, como ya es costumbre y muy placentera, estuvimos así un rato acariciándonos mientras  recuperábamos nuestras reparaciones.

-Cariño, es mejor que nos pongamos los bañadores y bajamos a la piscina, debe de ser muy tarde y nuestros padres no tuvieron en venir-le dije entre besos, ya que se giró para mirarme.

-Tienes razón, si no me voy a quedar dormida, estoy tan ajustó aquí entre tus brazos-me dice con una sonrisa.

-Uff cariño, vamos, vamos-me levanté de un salto de debajo de las sabanas-que si me miras así no saldré nunca.

Ella me miro mientras cogía el bañador y me lo ponía, y se echó a reír a carcajadas, ya que ya tenía la maldita erección en todo su apogeo, joder con esta mujer es siempre así nunca puede estar relajada. Me reí yo también, cogió su ropa y se fue a su habitación a cambiarse por la puerta que nos comunica a los dos.

-Deja la puerta de la habitación abierta y no la cierres, desde la puerta principal no se aprecia si está abierta si estás abierta o cerrada-digo entrando en la habitación de ella ya estaba lista o cerrada- digo entrando en la habitación de ella ya estaba lista.

-Está bien, vamos, así nos metemos un baño-me dice toda ilusionada-a ver si así tu amigo se relaja.

Nos reímos a carcajadas entramos en la piscina ya casi era de noche estuvimos como unos 20 minutos en el agua jugando a mojarlos, metiéndonos aguadillas y con una pelota,  hasta cuando llegaron nuestros padres.

-¿Chicos, qué tal?-Dice mi padre acercándose de la mano con Melisa.

-Bien - dijimos los dos a la vez, nos miramos y nos reímos, si estos dos supieran, los miramos y Melisa nos miró con amor, me da que sabe algo.

-Bueno podéis subir arriba a cambiaros para cenar-dice mi padre.

Salimos de la piscina y fuimos a nuestros cuartos a cambiarnos.

LEA******

Cuando mi tía nos miró así en la piscina, sé quien sabe que estamos juntos y fue una manera de aprobar nuestra relación. Daniel y yo subimos a nuestras habitaciones a cambiarnos y ducharnos, cuando esté lista fui al cuarto de Daniel, estaba en toalla, cogiendo ropa.

-Me puedes decir como es que yo tardo menos que tú en ducharme y arreglarme siendo mujer-le digo abrazándolo por la espalda y dándole un beso, se gira y me abraza por la cintura.

-Eso es siempre, yo tengo que bajar a mi amigo para que este normal u rato-me mira con picardía y los dos nos reímos a carcajadas. 

Lo suelto sin antes darle un beso en los labios, por supuesto para dejarlo vestirse mientras me siento en la cama.

-Daniel, mi madre sospecha de lo nuestro, tal y como nos miró en la piscina y puedo asegurar que aprueba nuestra relación.

-Yo también me di cuenta de ello, puedes hablarlo con ella si quieres.

-Si esta noche, sé lo diré a sique cuando salga por esta puerta ahora la cerraré para poder hablar con ella.

-Está bien cariño-me levanté, él ya estaba listo me agarro de la cintura y me beso-ahora salgo yo y tú sales detrás de mí-Asentí.

Ya estábamos cenando, nos sentamos como en casa yo al lado de Daniel y nuestros padres enfrente, nuestras manos estaban agarradas debajo de la mesa, la comida estaba buenísima, era asado don patatas y verduras al vapor. Tomamos el postre y estábamos hablando cuando mi madre se levantó un momento para ir a su habitación, bajo con varias bolsas y se sentó en la mesa.

-Bueno cariño como no vamos a estar para tu cumpleaños te vamos a dar ahora nuestros regalos-yo sonreí y asentí-bueno son varios esperamos que te gusten los elegimos entre Robert y yo-mi sonrisa se izó más grade.

Me dio las bolsas, abrí la primera, eran dos cajitas de joyería, en una había una cadena de oro con un zafiro azul marino no era muy grande y tenía forma de lágrima, era perfecto, era a juego con unos pendientes perfectos, en otra bolsa hay un vestido negro ajustado con tiras finas, la espalda al aire y con escote en uve tenía brillantes por el pecho hasta la cintura, en la otra unas sandalias de plataforma negra con tiras cruzadas para atar de lado y con tacón de 7 centímetros, y un bolso de mano haciendo juego. Me levante de la silla y los abrace a los dos y les di un beso.

-Muchas gracias es todo precioso-dije con una sonrisa mientras los abrazaba y les daba el beso.

-Lea cariño tengo que hablar contigo vamos  a tu habitación y hablamos mientras que estos dos terminan de hablar de las empresas-Asentí y subimos a mi cuarto.

Llegamos a mi cuarto y nos sentamos en la cama.

-Lea ¿Cómo te sientes, cariño?

-Bien mama.

-Lo del viaje y estar lejos de ti me preocupa un poco, aunque sé que estarás con Daniel y él te cuidara-ella me sonrió.

-Mamá, tengo que contarte algo...-me interrumpe.

-Si de lo que me quieres hablar es de que están juntos ya lo sabía.-me dijo con una sonrisa.

-¿Como así? ¿Cómo te enteraste?

-Desde el primer momento que os mirasteis, vuestra relación.-sonreímos  las dos-cariño sé que estáis muy enamorados por la manera de miraros, se os nota en la cara.

-¿Robert lo sabe?, no podía dejar de preguntas.

-Llama a Daniel tengo que hablar don los dos.

Me levanto y miro a ver si está con la puerta que comunica nuestras habitaciones, y  estaba tumbado en la cama, me acerque.

-cariño ven, mi madre quiere hablar con nosotros, y lo sabe-me miro sorprendido y vino conmigo a la habitación.



DANIEL Y LEA TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora