Cap. 1

2.3K 178 65
                                    

Cass Black

—Cuentame algo de ella... no lo sé, lo que quieras.

—Bueno. Es que no recuerdo mucho, era muy pequeña y... sí...-

—Cuando piensas en ella, ¿qué es lo primero que recuerdas?

—¿Con honestidad?—, miró al moreno a su lado, quien picoteaba con una cuchara un pedazo de pastel de chocolate. Él asintió—. Lo primero que viene a mi mente es el día de su muerte. Cuando uno de los líderes de Osadía le disparó justo aquí—, tocó su entrecejo—, y luego cayó en el césped, muerta.

—Me refería a algo bonito, pecas. No seas deprimente, niña, arruinas el punto de desayunar con un gran trozo de pastel de chocolate. Cuéntame algo bonito

—Bien.

Rebuscó en su mente algo. Algo bueno de su infancia, algo bonito. Algo que le recordara a su madre.

—Bueno, ella sabía de botánica y jardinería. Conocía muchos tipos de flores, sabes. Y me enseñó tan bien que te podría nombrar ahora mismo tres tipos de plantas venenosas...-

—A ver... ilústrame—, la retó.

—Belladona, acónito y regaliz americano. No me retes, Iniciado, sabes que te patearé el trasero.

—Bien, bien. Te creo...

Se sumieron en silencio durante unos segundos, hasta que nuevamente ella habló.

—Valentine—, murmuró ella. Él la miró, esperando que siguiera hablando—. Dicentra spectabilis, o Valentine. Es una flor. Recuerdo que ella tenía un pequeño huerto en casa, pero era solo de flores, de pétalos de colores, rojas, rosadas, amarillas, azules. Y entre ellas estaba esa. Dicentra Spectabilis. Estábamos simplemente hablando, realmente hablaba ella, y yo sólo la escuchaba. Y...—, tomó una buena bocanada de aire, llenándose de valor. Con una de sus manos gesticuló como si sostuviera entre sus dedos el tallo de una flor—, me dijo el nombre de la planta. Me miró a los ojos y la puso detrás de mi oreja. Le pregunté el por qué, era muy pequeña, no entendía realmente la razón de sus palabras. Me dijo: "tiene forma de corazón. Con esta flor no solo te obsequio su belleza, sino también mi corazón, hija". O algo así...

Uriah miró a su amiga con dulzura. Porque simplemente era una persona muy pura, era una persona que no merecía todo lo que le había pasado en la vida, sin embargo, había sido eso mismo lo que la había forjado.

—¿Y por eso escogiste ese nombre? ¿"Valentine"?

—Sí. Yo amaba mucho a mi madre, la extraño, a diario, de hecho. Aquí entre tu y yo, el día que hubo pastel de chocolate, durante la Iniciación...- ¿lo recuerdas, verdad?

—Claro. Tenías una cara de cordero degollado que daban ganas de echarse a llorar.

—Sí... bueno, ese día mi madre, de haber estado viva, habría cumplido años. Ella era de esta facción, y se había transferido a Cordialidad.

Uriah quedó mudo.

—Y, bueno, sí, conoció a mi padre y todo eso...-

—Pero... tu padre...—, dejó la frase al aire no queriendo terminarla o simplemente no sabiendo cómo.

—Él la amaba. Creo. O eso veía yo. Cuando Cass murió, Adam estaba devastado—, empezó a contar a la vez que jugueteaba con uno de los cordones de la sudadera que estaba usando—. Estaba molesto. Molesto por no haber podido salvar al amor de su vida. Molesto conmigo, por no haber salvado al amor de su vida...- a mi madre.

Young, Broke & Infamous || Tobias Eaton (4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora