Cap. 15

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Matthew y la gente del futuro

Él era amable. Es más, desde un principio lo fue. También era curiosamente extraño, pero eso era algo que tenían en común todos en el Departamento, ese peculiar comportamiento.

Bueno, la gente del futuro siempre fue un gran misterio para ella -para ellos, realmente. Tal vez porque ellos venían de adentro de la Valla, tal vez porque ellos eran parte de un experimento, o tal vez porque esa gente los habían estado observando toda su vida; , sonaba bastante aterrador. 

Y el recuerdo de su madre resurgió en su cabeza. Ella venía de ese lugar, ella conocía a esas personas. Ella conocía todo eso que la pecosa apenas se atrevía a observar.

—Bueno, puedo entender por qué se fue—, dijo Tobias deteniendo su andar para admirar el destrozado pasillo, con una sonrisa de lado. Valentine rió con él; ahora el mayor ampliando su sonrisa.

—Sí, tienes razón. No es exactamente la vida llena de lujos que promete la gente del futuro—, bromeó ella, golpeando con su pie una pequeña piedra, casi haciendo énfasis en el deplorable estado de ese pasillo del Departamento. Al no obtener una risa como respuesta, alzó su mirada hacia Tobias.

Su semblante era serio, casi se atrevería a decir que estaba enojado. Pero sabía que no era así, lo conocía.

No había visto a Tobias tan serio jamás, tal vez el día del ataque a Abnegación -cuando Jeanine intentó lavar su cerebro al igual que a los demás Osados. 

—¿Qué sucede?—, cuestionó en voz baja.

Con un chasquido en su lengua repuso él un firme y seco: —Nada.

—Sé que te pasa algo. Dime.

Un suspiro y un bufido. Pero nuevamente: —Nada.

Dio un paso al frente, acortando la distancia entre sus cuerpos. Pasó sus brazos por la espalda de Tobias, en un abrazo. Necesitando su cercanía. Escondió su rostro en el hueco del cuello del mayor, aspirando su aroma.

—Confías en él. David—, lo escuchó murmurar a modo de pregunta, aunque sonó más como una afirmación.

Frunció el ceño, sabiendo que él no podía observar el desconcierto -fastidio- por su pregunta.

Se separó de él, para mirarlo a los ojos. ¡Dios, nunca me cansaría de ver sus ojos!

—Confío en mi madre—, afirmó luego de unos breves segundos de pensar la respuesta.

—Sí...

Él se veía preocupado, aunque intentara ocultarlo. Y ella sabía que lo estaba, pero no comprendía el por qué. 

Tobias tomó su muñeca derecha, mirando a detalle aquellas líneas -tres columnas de cinco pequeñas líneas, en la muñeca de la menor. Pero en la suya a la tercera columna le faltaba una pequeña línea.

Él suspiró, atormentándose por algo tan sencillo y sin sentido -según ella- como lo eran pequeñas líneas en sus muñecas.

No. No le había contado que David le había dicho que era Pura, y él Defectuoso. Porque, maldita sea, si él se torturaba por algo tan simple como un tatuaje de unas líneas, ¿entonces qué pasaría si le contara que para la gente del futuro él era "Defectuoso"?

Se soltó de su agarre. Acarició su mejilla, notando los cortos vellos que empezaban a crecer, los indicios de una oscura barba. Él la miró a los ojos. 

Tiró de él, en un nuevo abrazo, más fuerte y tibio. Susurró con suavidad cerca del oído del mayor un: —No le des importancia a algo que no importa—, lo pudo sentir tranquilizándose bajo su tacto.

Young, Broke & Infamous || Tobias Eaton (4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora