Lienzo De Amor ⁹ ♡KookMin♡

Capítulo 15

—Jimin, ¿Tienes listo el pastel? — Preguntó Youngjae mientras bajaba las escaleras arreglando su corbata.
 
—Por supuesto, es de chocolate el favorito de YeonJun — Respondió Jimin con una pequeña sonrisa después de terminar de arreglar el lazo de adorno en la caja del pastel de chocolate que había preparado para la cena de bienvenida al hermano menor de su marido.
 
Youngjae levantó la mirada hacia él y frunció el ceño — ¿Por qué estas vestido así? — Preguntó con seriedad.
 
La sonrisa se esfumó del rostro de Jimin y le miró confundido —Porque me gusta este estilo — Respondió, tenía puesto un pantalón negro y una camisa blanca a su medida, un atuendo simple, pero estilizaba su esbelta figura.

—Vamos a ir a la casa de mis padres, sabes que debías usar un traje— gruñó Youngjae con disgusto y miró su reloj — Cámbiate —ordenó

— No estoy vestido informal YoungJae, me siento bien vestido así — Respondió Jimin suspirando.

—No se trata de cómo te sientes Jimin, es una cena con mis padres, llevas 10 años casado conmigo y conoces las normas que ellos tienen para vestir— Dijo entre dientes.
 
—Ellos no son los reyes de Inglaterra — Contestó Jimin frunciendo el ceño.
 
—Estás hablando de mis padres — Refutó YoungJae.
 
Jimin rodó los ojos — Voy a ponerme una estúpida chaqueta solo para no discutir ahora — y subió las escaleras.
 
YoungJae le miró y negó con la cabeza realmente desconocía a su esposo, últimamente y sabía perfectamente quien tenía la culpa de esto y lo iba a resolver muy pronto.
 
Jimin bajó las escaleras usando un abrigo con botones dorados a él le gustaba como se veía con esa ropa y no iba a cambiarse ni por YoungJae ni por sus suegros, su marido le dio una mirada descontenta pero Jimin lo ignoró y tomó el pastel en sus manos.
 
— ¿Nos vamos? — Preguntó.
 
Youngjae asintió maldiciendo entre dientes y tomó las llaves del auto, decir que el trayecto hasta la casa los señores Choi fue incomodo era poco, ninguno de los dos dijo una palabra y Jimin realmente había perdido el apetito cuando se estacionaron frente a la mansión.
 
—Padre, buenas noches— Saludó YoungJae de manera formal.

—Buenas noches —Respondió el señor Choi de forma neutral mirando a su hijo y a su yerno — Jimin ve a la cocina a ayudarle a SoHye con la cena, tengo que hablar unas cosas con tu marido antes de la cena —Ordenó.

Jimin asintió y se dirigió a la cocina donde encontró a su suegra haciendo la última revisión para que todo estuviera bien.
 
—Jimin querido, estas aquí — Lo saludo ella con una sonrisa que más pareció una mueca, no era un secreto para Jimin que sus suegros siempre quisieron tener una “Nuera” en lugar de un “yerno”.
 
—Buenas noches, Señora Choi, ¿En qué puedo ayudarle? — Preguntó directamente.

—Ya todo está listo, pero ¿Qué traes ahí? — Preguntó señalando la caja.

—Un pastel que preparé para YeonJun — Le hizo saber Jimin.
 
—Bien, entonces es hora de llevar todo a la mesa— Ordenó a una de sus empleadas —Saca el pastel Jimin para ponerlo como centro en la mesa—

—Claro— Jimin hizo lo que su suegra le pidió — ¿Cómo ha llegado YeonJun? — Preguntó.
 
—Ya lo veras— Respondió SoHye negando con la cabeza — A YeeSung casi le da infarto, está tan enojado mi pobre esposo—

Jimin la miró con una ceja arqueada, Bueno ahora tenía mucha curiosidad por ver a su pequeño cuñado.

—Hola Jimin— Lo saludó desde la puerta su cuñada— Hacia mucho que no te veía ¿Dónde estabas metido? —

— En su casa atendiendo a su marido como debe ser — SoHye fue la que contestó.

Jimin realmente detestaba venir aquí, era una de sus torturas más grandes, su día había sido tan diferente ayer con  Jungkook y prefirió no contestar nada tomando el mismo el pastel para llevarlo a la mesa.
 
Después de un momento todos estuvieron sentados en el comedor excepto el menor de los Choi, que apareció dejando a Jimin con la boca abierta.
 
El chico estaba totalmente vestido de negro, su chaqueta de cuero tenía esas cosas puntiagudas de las que Jimin había olvidado el nombre, pero su cabello pintado de color rosa, un piercing en la nariz y otro en la ceja, por no hablar de sus orejas.
 
— ¡Qué lindo la familia reunida! —Canturreó al sentarse — ¡Hola Jiminnie! — Lo saludó sonriendo.