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—Hermanita. —Ali se sienta frente a mí. La miro.— ¿Qué tienes?

—Nada, enana. Sólo me duele un poco la cabeza.

—¿Es porque los amigos de Ruggero están aquí?

Me río, esa enana es más inteligente de lo que yo fui a su edad.

Asiento, ella hace un mohín y toma una de sus galletas.

Realmente el encuentro con Valentina no fue nada agradable. Y me siento mal de saber que de cualquier manera jamás lograré recuperar a mi mejor amiga.

Bueno, ahora mejor amiga de alguien más. Mila.

Agustín me ignoró por su propio bienestar, y lo mismo sucedió con Sofia. Apenas respondió mi saludo.

Era evidente que Candelaria iba a burlarse de mí. Y sin duda me sorprendió ver que Agustina y Valentina se llevan muy bien, pero bueno.

Todos aquí me repelen desde que llegaron, y no los culpo. Incluso yo lo haría.

Y por eso hablé con James para que nos vayamos a otro lugar. Y cuando estuvimos planeando marcharnos, Ceci usó su poder de chantaje.

Tuvimos que quedarnos, y estoy viviendo un verdadero infierno.

James acaba de irse con su madre y sus abuelos a dar un paseo familiar para recuperar esos años perdidos.

Y yo estoy aquí sentada con Jed jugando en el piso y Alina mirándome con mucha pena.

—Deja de mirarme así y dime, ¿ya recogiste tus cosas?

—Sí. —susurró.— ¿Cuándo se acaba el año?

—En doce horas.

Ella asiente, se baja de la silla y corre fuera de la cocina. Tomo una de las galletas que hace poco ella estaba comiendo.

Y mientras le doy una mordida a mi galleta, me acerco al perchero tomando los abrigos. Finalmente miro a Jed.

—Amor, vamos a dar un paseo.

El pequeño se pone de pie, corre hacia mí y le pongo su abrigo antes de abrir la puerta.

Salimos a la nieve, me siento cerca y me dedico a mirarlo jugar.

Su msdre debe estar muy arrepentida, perdió a un bebé increíble a cambio de quién sabe qué. Sólo me cuesta entenderlo.

Me cuesta entender cómo la vida te da algo y al instante te lo quita.

No comprendo cómo nunca tenemos suficiente. ¿Por qué siempre queremos más?

Estúpido egoísmo que nos hace tomar decisiones estúpidas.

No se siente bien.

—Hola....

—Hola. —respondo sin mirarla. Agustina se sienta a mi lado.

—¿Cómo estás? Hace mucho no sabía nada de ti.

—Si Candelaria o cualquiera de ellas te envío para burlarte de mí, puedes ahorrarte eso. —susurro.— No estoy en mi mejor momento, y me haría muy bien que te vayas.

—No saben que estoy aquí.

—Creí que todos estaban viendo una película en la habitación de Mila. O bueno, Maddie.

—No, en realidad ella y Ruggero están discutiendo. Y por eso vine, es mejor que te vayas hasta que James llegue.

—¿Qué pasa?

—Ruggero le confesó que tuvo sexo contigo hace unos días. Mila se siente herida y ahora están discutiendo.

—Vaya... —bajo la mirada a mis manos.— Agustina, yo...

Antes De Mi; Daños Colaterales. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora