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—El acta de desaparición se levantó hace algunas horas. Ahora sólo nos queda esperar, si se trata de un secuestro, no tardarán en llamar para pedir el rescate.

—¿Puedo hablar con el encargado de la investigación? —pregunta papá.— Necesito hablar con él.

—Él solamente manda a decir que no cree que quieran hablarle directamente.

Eso me hace mirar a la mujer, papá suspira porque acaba de comprender.

¿Por qué tuvieron que darle este caso a Ruggero?

James me abraza por los hombros, suspiro besando la mejilla de Jed. Esto me está llevando a una crisis demasiado dolorosa.

Hoy es el día dos. Y no hemos sabido nada aún.

Lo único que he visto en las últimas horas es a todo el mundo caminando de un lado a otro, más gente ordenando cerrar las fronteras y demás.

Yo solo quiero saber en dónde está mi hermanita.

Mamá está destrozada, papá no ha dormido nada y está demasiado pálido. Están pasando por lo mismo que pasaron cuando yo me perdí con Valentina.

Y definitivamente no se siente bien.

Me muevo nerviosa, quiero aunque sea una noticia de mi hermana. Es lo único que pido y pediré.

Un teléfono suena, de inmediato miro. Papá no tarda en tomarlo pero la policía se lo quita.

¿Pero qué hace?

—Te escucho, Ruggero.

Ah, ya entiendo.

Desde mi lugar la veo hablar con él, asiente, revisa entre sus hojas y vuelve a asentir. ¿De qué tanto hablan?

Me desespera que asienta y no diga nada, y por esa misma razón dejo a Jed en los brazos de su padre y me acerco a la policía.

Sin darle tiempo de reaccionar le quito el teléfono.

—¿Ruggero?

—¿Qué haces, Karol? Devuelve el teléfono. —insiste y yo niego.

—¿Tú crees que Mila tenga algo que ver?

—No voy a hablar de eso contigo. Devuelve el teléfono.

—No. —insisto.— ¿Fue Mila?

Un tenso silencio se forma a través de la línea, muerdo mi labio inferior.

Después de lo que me dijo y enseñó, por supuesto que pienso que fue ella. Considero que Mila es capaz de absolutamente todo.

—Por favor, Karol. Devuelve el teléfono.

—Por favor responde. —suplico y él suspira.— Por una vez en la vida dime la verdad.

—Sí. —suelta y llevo mi mano a mi frente frustrada.— Y si no devuelves el teléfono todo va a salir mal.

—¿Qué harás?

—Lo que sea necesario.

—No quiere dinero, ¿Verdad?

—No, quiere una sola cosa y se la voy a dar.

—¿Qué?

—Por favor, devuelve el teléfono.

Antes de que pueda seguir reclamando me quitan el teléfono. Desolada suspiro mirando a mi madre.

Ruggero no dijo nada, pero lo dijo todo a la vez.

Por lo menos sé que Alina estará bien.

—¿Qué te dijo?

—Que le dará a Mila lo que quiere. —miro a James.— ¿Por qué ella es así?

Antes De Mi; Daños Colaterales. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora