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—James, tienes que contar. No seas tonto.

—Estoy contando, no me presiones, niña.

—Pues no te escucho.

Parada en la puerta del jardín veo a Alina correr por la sala escondiéndose mientras Jed se mantiene sentado detrás del sillón.

James cuenta hasta el cincuenta, comienza a buscarlos. Niego acariciando mi estómago.

Me siento mal.

Dos meses y medio después de la boda mi vida comienza a ser más difícil de lo que recuerdo.

Y bueno, eso si que es genial. La disfruto.

La estúpida madre de Jed ha comenzado una batalla legal en nuestra contra. Mañana tenemos la primera audiencia.

Pero eso no parece importarle a James pues desde que nos casamos hasta sus padres se calmaron y dejaron de pensar que es gay.

Bueno, ojalá supieran que Santiago y él tienen una relación.

Y es una muy bonita relación.

Es que ese chico es increíble, incluso quiere mucho a Jed y se lleva bien conmigo. Entiende nuestra relación.

Entiende que James y yo estamos casados por conveniencia.

Y aún así ha decidido quedarse a su lado. Soy fanática de la relación tan bonita que tienen.

—Te encontré.

—Cállate, te quiero pegar.

James se ríe, Alina patalea frustrada. No entiendo para qué juegan si siempre terminan peleando.

Sonrío al ver que se abrazan y que Alina le susurra a James que lo quiere mucho.

Una de las personas que más sufrió gracias a mi ruptura con Ruggero, fue Alina. Ella quería demasiado al italiano.

Y se sintió desolada cuando él simplemente dejó de ir a visitarla en casa para jugar al té.

Pero ahora tiene a James y son los mejores amigos.

El teléfono suena, dejo de prestarles atención para atender la llamada.

—¿Bueno?

—Karol, cariño.

—Hola, Ceci. ¿Cómo estás?

—Mal, cariño. Maddie acaba de ser condenada a veintiocho años de prisión.

—Vaya, es mucho tiempo. —me lamento aunque una parte de mí se siente feliz con ese resultado.— ¿Necesitas hablar con James?

—No, quiero hablar contigo.

Me siento en el sillón más cercano. Le hago saber que estoy escuchando.

Y mientras James tira a Alina en la piscina de pelotas, veo a Jed jugar con sus carritos. Sonrío.

Ceci avisa que en una semana cumple años y quiere ver a su hijo como regalo. La invito a pasar con nosotros.

Pero ella no lo desea así, avisa que tiene una pareja y quiere que lo conozcamos.

Pero su deseo es que yo aliviane el tenso momento y que prepare a James para esto.

Se nota que no conoce a su hijo, James es la persona más hermosa que existe. La palabra juzgar no está en su vocabulario.

Aún así acepto, y media hora después cuelgo la llamada. Todo el mundo está loco.

—Ya, déjame.

Antes De Mi; Daños Colaterales. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora