『07』

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La voz de Yeonjun resonaba en toda la habitación, provocando que Minho tomase su celular dispuesto a disminuir el volumen de este.

—Estoy más que indignado ahora —vociferó el peliazul desde el otro lado de la línea, la expresión en su rostro demostrándolo todo.

Minho suspiró negando con la cabeza, asegurándose de entrar en el cuadro de la cámara para ser visto por el menor. Las videollamadas no eran algo de su preferencia, pero era el único modo de comunicación aceptado por Yeonjun. Una videollamada al menos una vez cada semana, ya que menos de eso rompería su amistad... O eso era lo que decía aquel exagerado.

—Que tu primo se haya pintado el cabello sin avisarte antes no es motivo para armar un escándalo.

—¡No es eso! —movió los brazos de un lado a otro—. Aunque quizás un poco, pero no viene al caso. ¡Ya me has reemplazado!

—¡Ya te dije que Seungmin no es tu reemplazo!

Habían transcurrido un par de días desde lo sucedido, Minho terminando por decidir no darle más vueltas al asunto y simplemente no salir en la noche otra vez. Se negó a contarle sobre eso a Seungmin, y por supuesto también a Yeonjun. Sin embargo, en un momento de distracción durante su conversación con el rey del drama Choi Yeonjun, mencionó la fallida pijamada efectuada por ambos, siendo recibido con una mueca de pura traición.

Ahora este no detenía sus indirectas —y otras más que directas—, sobre lo celoso que se encontraba porque Minho consiguiera otro amigo sin comentárselo.

—Seungmin fue a la casa de tu abuela y yo no. Claras preferencias.

—¿Será porque Seungmin vive a dos casas y tú a dos mil?

—Esa no es excusa —se cruzó de brazos—. Es más, ya no quiero hablar contigo —silenció su llamada, manteniéndose en una posición seria mientras contemplaba lo que Minho hacía.

El castaño no opinó nada, esperando a que el berrinche de Yeonjun finalizase. Mientras tanto, recargó el celular en un recipiente de azúcar para luego buscar algo de comer en el refrigerador con ambas manos libres, sin prestar un mínimo de atención al drama en cuestión.

Extrajo del interior un trozo de pastel de manzana y al dejarlo en un plato regresó la vista a Yeonjun, quien observaba la comida con deseo. Demoró menos de diez segundos en retirar el silencio de su línea, rindiéndose.

—¿Algún día puedo visitar la casa de tu abuela? Sus comidas se ven deliciosas y ya sabes que mi mamá cocina feo —sollozó, llevando una mano al pecho en símbolo de derrota.

—Sabes que eres bienvenido siempre —llevó un bocado de pastel a su boca, saboreándolo—. Hay cinco habitaciones vacías por si en algún momento quieres venir.

Minho limpió su boca, dirigiendo la concentración a su mejor amigo mientras dejaba el postre descansando sobre la mesa.

—Lo haré, no te librarás de mí tan fácilmente —sonrió con convección, siendo correspondido—. ¿Ya has ido al bosque o todavía tienes miedo?

Los músculos del mayor se tensaron:—Uno, nunca tuve miedo, y dos, ¿acaso no me dijiste que tuviera cuidado con eso?

—Sí, pero ya estoy acostumbrado a que hagas completamente lo opuesto a lo que te dicen. Es más, no sé ni para qué continúo aconsejándote si de todas formas haces lo que quieres.

—Qué exagerado, en serio —viéndose claramente atacado y sin ganas de aceptar que las acusaciones eran ciertas, quiso tomar el pastel restante. Grande fue su sorpresa al notar el plato vacío y sin ningún rastro de comida—. ¿Ah?

Spooky Hannie || MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora