Jade era hijo de un empresario, un buen hombre que siempre trataba de darle lo mejor a su familia. Pero la deuda lo alcanzo. Opto por vender a su hijo, su tesoro, con tal de salvar su cuello. Luka tenía un plan, había salvado a Jade, sabía que el chico no se merecía malos tratos, pero su paciencia decía lo contrario. Lo quería todo para él, hasta sus lágrimas.