Piero sostenía mis piernas mientras Vicco acariciaba mis pechos, ambos tenían la respiración acelerada mientras a mi me faltaba el aire. -Vuelves a decir que no nos conoces- el rubio que tenia delante me tomo del mentón -y te follare frente a todos para que sepan que eres jodidamente nuestra- -No nos gusta este juego en el que nos tienes- el pelinegro soltó mi muslo y llevo sus dedos a mi pezón-fingir que no somos reales solo lo empeora para ti- -Pero uste..ustedes- -Sh hadita- Vicco presiono su miembro contra mi centro, que ya era un océano debajo de mis bragas -eres nuestra, y esta noche lo vas a entender por fin-