Quedate Conmigo (Sunxie)

De Vuelta

Era un poco complicado todavía aprenderse todas las señas que indicaba el libro que le dieron, pero la velocidad en la que avanzaba su aprendizaje era realmente algo que impresionaba a los adultos que trataban con ella, o al menos los que si llegaban a entenderla. El lenguaje de señas es algo completamente diferente a otras clases de asignaturas que uno aprende a medida que se va formando como una persona adulta, es por ello que aprender a hablar con las manos y aprender el lenguaje en general es una hazaña que puede tomar meses en perfeccionar, es por ello que era increíble que Sam ya pueda utilizar casi frases enteras en una velocidad bastante interesante, le pone tanto empeño en ello que era hasta envidiable su voluntad y determinación por ello. Mientras los demás niños pasaban clases con Cheerilee, Lyra y Bon Bon, Sam se la pasaba la mayor parte del tiempo aislada en el bar de Berry, obviamente no se estaba repitiendo el mismo caso que ocurrió en el centro, ahora ella es más sociable y le gusta jugar con todo mundo cuando tiene oportunidad, pero simplemente prefiere avanzar más con su estudio que la tiene muy enganchada.

- Quién diría tendría enfrente a una niña pequeña en el bar – dijo con ironía Berry que veía divertida a Sam tan entretenida con ese texto sentada en un taburete que la dejaba con los pies colgando - ¿Desea tomar algo la señorita? – le ofreció con suma elegancia.

"Jugo de naranja por favor" rápidamente señalo con ambas manos prestándole atención a la mayor que solo la miraba confundida con una cara de alguien a quien le preguntas de qué color era el caballo blanco de Napoleón Bonaparte " Naranja" se rio por la cara de Berry y lentamente señalo solo la fruta.

- Na...ran... Ok, sale un jugo de naranja para la señorita mágica – dijo Berry comprendiendo de una vez por todas y también llamándola así por la vestimenta que tenía Sam en ese momento, la capa y el sombrero de Trixie.

Mientras tanto Sam volvía a su texto, leyendo y re leyendo página por página para no saltarse nada y poder memorizar todo lo que pueda, para ello tenia al lado un pequeño libro de apuntes, en el cual anotaba oraciones y abajo unos garabatos que ella entendía eran las señas que debía hacer con sus manos.

"Bienvenida Mamá" lograba figurar con ambas manos y con los labios "Te extrañé" tenía un montón de frases anotadas con sus garabatos, todos ellos eran específicamente para usarlos cuando Trixie venga por ella. Sam no era tonta, sabía muy bien que Trixie no volvería en un buen tiempo, después de todo ella no era como los demás niños, Sam tenia perfecta conciencia de todo lo que ocurría a su alrededor, la dureza de la vida la obligó a llegar a ese extremo sacrificando parte de su niñez, por eso tenía claro que no vería a Trixie en mucho, mucho tiempo...

Pero también sabe que vendrá por ella, hicieron una promesa y confiaba completamente en ella, después de todo pudo encontrarla en el centro de Sweetie, incluso aun haber perdido completa esperanza de volver a ver a Trixie ella llegó hasta ella y en ella encontró la figura materna que nunca tuvo, pero ella aun no es consciente de ello, lo único que sabe es que su mamá vendrá por ella tarde o temprano y debe estar lista.

..........................................................................................................................

- Una nueva carta de amor... - la voz monótona hacía notar rápidamente lo aburrido y repetitivo que ocurría esto, prácticamente todos los días – No pasaron ni 2 horas, supongo que es un nuevo record – Pinkie estaba sosteniendo una carta interesante en sus manos, tenía corazones en todas partes e incluso perfume, quien quiera que haya escrito aquella carta realmente le puso mucho esmero.

- Déjame ver – Rainbow le quitó rápidamente la carta sin ganarse objeción de parte de su amiga que seguramente ya este acostumbrada a que Rainbow Dash meta sus nariz en los sentimientos de otras personas que confesaban su amor por ella - ¿Bulk Biceps? ¿Enserio? – a diferencia de otras ocasiones esto era en verdad una sorpresa – Nunca imagine que ese grandulón tuviera un lado... ¿femenino? –