En Tus Brazos

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Estaba haciendo frio, podía notarlo por como salía el vapor cada vez que Trixie respiraba, además que aquello que traía puesto no la abrigaba para nada.

No quería pensar todavía en porque la encontró allí, en un lugar lleno de todas esas señoritas y también lleno de personas del bajo mundo, obviamente sabía perfectamente que estaba ocurriendo, pero eso no le quitará la enorme alegría que está teniendo ahora mismo con la chica que más adora en el mundo nuevamente entre sus brazos, ya hablarán de esto más tarde, tal vez habrá lágrimas y decepción en el camino, pero Sunset sabía que el tiempo lo cura todo y el sentimiento que tiene por Trixie es más fuerte que cualquier cosa que haya hecho Trixie en todo este tiempo.

Sin mentir ni exagerar, ambas chicas debieron estar abrazadas la una con la otra al menos por media hora, solamente ellas dos en el mundo compartiendo un abrazo lleno de lágrimas y llanto de parte de ambas que no podía creer lo que estaba ocurriendo ahora mismo. Ninguna de las dos se atrevía a hablar, aunque de hecho no eran necesarias las palabras en ese instante, lo único que necesitan es sentirse mutuamente, saber que las dos existen y que todo esto es realidad, Sunset necesita convencerse que nada de esto es un maldito sueño, que no tuvo algún accidente de camino a este lugar y que estaba muerta y todo esto era un sueño, Trixie es la que ruega de que esto no sea un puto juego de su mente que trata de destruirla como siempre, necesita saber que esto es completamente autentico y que su mejor amiga vino desde otra ciudad para encontrarla a ella y no por casualidad manejaba por allí y la vio parada debajo de un poste esperando para que alguien la usara como un juguete.

Solo se escuchaba el ruido de los autos pasar, las voces lejanas de personas que reían u otras que discutían, música desagradable junto con personas que salían de los moteles aparentemente drogados o borrachos.

Pero nada de eso importaba, el mundo podría desmoronarse en ese mismo instante, un meteoro podría caer justo en ese lugar, podría iniciar una cuarta guerra mundial justo en ese instante... Pero ellas no se separarían de ese cálido abrazo, ni aunque bajara el mismo Dios e intentara fallidamente de llevarse a una y dejar a la otra, eso sería imposible, tendría que llevárselas a ambas o si no el paraíso ardería en llamas.

Pero lo bueno no dura para siempre, uno se da cuenta de las peores maneras posibles.

- Me pregunto si tu amiguita no se sentirá asqueada por tocar una puta – esas voces violentas nuevamente comenzaban a volver, primero con aquel jodido comentario ahora con pequeños susurros que eran insoportables a medida que pasaba el tiempo.

Trixie comenzó a moverse incomoda entre los brazos de Sunset tratando de soltarse de estos, cosa que inmediatamente se dio cuenta la mayor.

- Dios ella debe estar sentirse completamente sucia tan solo toca...

- ¿Estás bien Trix?

Todas las voces se callaron.

Los susurros, los comentarios dejaron de escucharse, nuevamente sintió algo cálido en lugar de sentirse terrible, la forma en como le hablaba Sunny era sin lugar a dudas algo de otro mundo.

- ¿Tienes frio? – le preguntó bastante preocupada y sin necesidad de tener una respuesta cargó a Trixie hasta la camioneta, dejando a la ilusionista a su merced, nerviosa y ansiosa por todo este asunto.

Creyó haber olvidado como era Sunset con ella, como era de sobreprotectora y como era tan buena con ella, pero ahora ella estaba allí, cargándola de manera torpe y metiéndola con mucho cuidado en el lugar del copiloto, como si todo el tiempo que estuvieron separadas jamás hubiera pasado y que nada de lo ocurrido antes al día que Trixie desapareció de su vida nunca hubiese ocurrido.

Quedate Conmigo (Sunxie) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora