Las noches de Navidad, Noche Buena y Año Nuevo son quizás una de más pruebas en las que puedes darte cuenta que son esas festividades que llenan de amor y calidez el alma de toda persona que se permite celebrarlo, Navidad es aquella festividad en la que cada persona del mundo con una cultura diferente se permite manifestarlo de la mejor manera en que lo sienten y lo maravillan de esa forma.
Cada lugar en el mundo es una manera diferente y especial de vivir algo tan mágico como La Navidad.
Desde regalos con materiales con significados hasta reuniones familiares que comparten un maravillosos momentos de anécdotas y deliciosa comida que llenan tu estómago y satisfacen tus gustos y sentidos.
En aquella preciosa ciudad llena de luces, color, frío pero calidez se vivían las vísperas navideñas con todo su esplendor, los ciudadanos iban de aquí para allá por las calles de la gran ciudad comprando todo lo necesario en tanto visitantes llegaban para reencontrarse con sus familias o simplemente para pasar una fecha tan especial en un lugar tan mágico y bonito.
Un pequeño Felix de diez años miraba por la ventana las cosas suceder, su madre lo cuidaba desde la lejanía mientras adornaba su casa. El niño miraba totalmente maravillado el como pequeños copos de nieve caían en el suelo hasta cubrirlo completamente de un puro y frío blanco, acompañado de un chocolate caliente preparado por su madre con pequeños bombones flotando encima, estaba completamente aburrido ya que a pesar de faltar un día para la gran navidad se encontraba con tantas ganas de tocar la nieve y jugar con ella como los demás niños lo hacían con gestos divertidos.
A pesar de tener algunos años ya viviendo ahí, jamás habían pasado una Navidad completa en su casa debido a que por su madre cada año acostumbraban a viajar a Australia para pasarla allí con su familia materna, sin embargo ese año Rose no tenía ganas ninguna de ir hasta allí, ese año solamente quería quedarse con su pequeño bebé en casa disfrutando de aquello pero como tal no podía ser posible ya que la mayor tenía mucho miedo de que su pequeño enfermara al no estar emparentado con la nieve, quería mantenerlo seguro pero la expresión triste y maravillada de su niño la hacían dudar de sus propias decisiones.
- Mamá – pronunció el pequeño – Quiero salir a jugar como ellos – señaló hacía afuera de la ventana – Por favor..
- Saldremos a jugar más tarde cariño
Felix solamente se dedicó a asentir y mirar atento a su madre esperando por ella y su promesa.
Los minutos pasaron y un impacientado Felix columpiaba sus pequeñas piernas, quería salir a divertirse sin embargo Rose seguía adornando todo con tanta paciencia y lentitud que lo desesperaba.
Se acomodó mirando afuera con su mejilla recargada en su palma.
Los repentinos golpes en la puerta alertaron los sentidos de ambos en la casa pero antes de Rose poder ir a abrir un pequeño querubín saltó del sillón corriendo lo más rápido que pudo hacía la puerta luchando por abrirla hasta lograrlo con una sonrisa triunfante, sus ojitos brillaron en felicidad cuando vio el rostro y cuerpo de su amigo frente a él y haciéndolo pasar cerró la puerta de nuevo.
La mayor no se inmutó al ver la presencia del otro pequeño en su casa ya que desde que se habían presentado Minho jamás se separó de Felix, Rose sonrió saludandole.
- ¿Que te trae por aquí Minho? ¿Gustas una taza de chocolate caliente? – preguntó con una sonrisa –
- Quizás más tarde, gracias. Ahora vengo por Felix – Dijo con una sonrisa tímida – ¿Puede dejar a Felix salir a jugar conmigo en la...nieve? Yo, uh ¿se puede?
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Una Extraña Historia | MinLix
Fanfiction- ♡ - Felix tenía claras muchas cosas pero 2 exactamente se escaparon de sus manos. - Perdón, perdóname, perdóname por sentir que ya no es igual...Que ya no es especial [E-23-11-22] [T-4-08-21] - ♡ - 🍁💫- Actualiz...