Una Extraña Historia | MinLix

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Minho siempre fue, es y será una persona que llama la atención de terceros sin siquiera quererlo.

¿Razones? Bastantes

Una de ellas el auténtico porte que el joven de cabellos anaranjados tenía, siempre caminaba con un aura segura pero casual, su forma de vestir contrastando a su piel y sus gustos personales, su perfil perfecto y esas facciones marcadas pero a la vez suaves, sus ojos grandes, parecidos a los de un gatito y de una normal y bonita tonalidad café. Todo él era algo digno de querer admirar.

Y Lee Felix odiaba por sobre todas las cosas ese tipo de detalles cuando se le ocurría salir con el mayor a algún lugar público. Justo como ahora.

Ambos jóvenes caminaban tranquilamente hacia una pequeña banca del centro comercial donde se encontraban mientras charlaban de algún tema aleatorio que les había ocurrido anteriormente, Minho siempre iba tan concentrado en Felix y ahora en comer su delicioso helado que simplemente no se daba cuenta de las miradas poco discretas que atraía, con Felix acercándose y de alguna forma aferrándose al brazo libre del mayor y mirando de mala gana a las personas que lo veían.

Y no era por otra cosa, el simplemente odiaba la atención y odiaba más que miraran a su amigo con sus ojos "sucios y destellenates de deseo mal camuflado" a palabras del Australiano. No tenía ninguna otra razón para hacerlo, ninguna otra que fuera razonable y eran "solo típicos celos amistosos" que cualquier chico tendría, claro, sus instintos se encendieron en cuanto vio a una linda chica meneando las caderas exageradamente acercándose a ellos y con una mirada "seductora" puesta en Minho, cosa que no le agradó para nada. Por instinto o quizás impulso se sintió como un gato que se restregaba contra su dueño para que otro gato no fuera capaz de acercarse a menos de cinco metros a él sin ninguna razón que se atreviera a decir.

- Hoonie ¿me das de tu helado? – habló utilizando su tono dulce y aniñado utilizado cuando pedía algo – Por favor

- Pero tú tienes el tuyo

- Hagamos un intercambio, tu me das del tuyo y yo del mío ¿si?

Oh vaya los ojos de cachorrito contra los cuáles no podía luchar y objetar  hicieron su esplendorosa aparición, Minho rendido suspiró y con la pequeña cucharita tomo algo del postre de cereza y antes de dejarlo caer en el vaso contrario su menor lo tomó antes, acción que sorprendió al mayor pero que decidió no darle importancia debido a la extraña personalidad del chico, cuando terminó la pequeña porción dada, Felix repitió la acción del mayor y dirigió la cuchara a su boca.

- Abre

Minho con la confusión ligeramente marcada en su rostro abrió la boca recibiendo el helado, Felix sonrió ligeramente satisfecho cuando vio a la mujer que antes se acercaba alejarse mientras lo miraba mal. Había logrado su cometido y sonrió victorioso mientras celebraba mentalmente.

Minho pensativo mirando al otro volver a comer de su helado con naturalidad se dio cuenta que quizás y solo quizás eso podía contar como un beso indirecto, y es decir que para él tenía sentido, si sus labios tocaban la cuchara y esa misma cuchara había pasado por los suyos propios, podía ciertamente contar como un beso indirecto ¿No?
Que por otro lado y a pesar de la confianza que ambos se tenían, era algo asqueroso.

Y apartando todo ello Minho no era tan idiota como aparentó, lo había visto casi todo sobre la escena que Felix había montado para amedrentar a la mujer haciendo que todas las palabras dichas tomaran sentido, mirando a Felix actuar a su alrededor como nunca lo había hecho con Chan y eso le hizo todavía más ilusiones.