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- Yo solo digo que por llegar atrasados deberían comprar el almuerzo

- Cállate Yang

La molestia en la voz de Minho era visible o audible en este caso, pues parecía haber iniciado el día con el lado malo y oscuro por sus actividades de semi adulto con decadencia, aún a pesar de sentirse feliz como siempre, de tener la dicha de despertar al lado del menor y su extraña manera de dormir y levantarse, se sentía molesto por el simple hecho de saber que ese día saldría de nuevo una hora más tarde de lo normal básicamente por las exigencias de su docente al cual sin malas intenciones le deseaba que en un casual momento del dia una colmena entera de abejas lo persiguiera sin descanso, su mirada se veía mucho más sombría que de costumbre causando cierto respeto con sus amigos que aunque no parecían muy amedrentados por él, sí que sentían lo penetrante que podía ser mirarlo a los ojos en esa situación donde podría mandar a todo el mundo al diablo simplemente por saber que respiran, sí, así de enojado estaba.

Pero a su lado al mismo tiempo mantenía a ese adorable ser que desprendía energía por cada poro de su piel, que tenía sus deditos entrelazados a los suyos jugando un poco con estos, su voz era suave sin quitar lo naturalmente gruesa que era pero que con demasiada diferencia a lo que muchos creerían que es escucharlo hablar, más bien parecía una caricia a su audición, esa mañana Felix no estaba enojado como el chico a su lado, al contrario, parecía radiante ante los ojos de todos y eso los hacía reír.

- No creo que podemos comprar el almuerzo hoy pero mañana puedo traerte uno Innie ¿Te gusta la idea?

asintiendo frenéticamente, aceptó – Gracias Lix, algunas personas deben aprender a ser igual de amables que tu

Felix ante la mirada para nada disimulada de JeongIn hacía Minho río negando. Jamás cambiarían.

Era un contraste bastante grande tener a alguien que da la impresión que con cada palabra que digas parece contener las ganas de golpearte mientras el otro miraba y escuchaba atento cada movimiento y palabra que fuese dicha.

Felix sonreía con felicidad y Minho mantenía esa expresión neutra.

En ese momento Minho se sentía tan hablador como un monje con voto de silencio únicamente mirando al pecoso hablar animadamente con Chan sobre algo de Australia que no entendia muy bien que era pero la conversación era fluida entre ellos, en pequeñas ocasiones mirando solamente al frente sin estar concentrado en nada, no estaba enojado pero tampoco estaba radiante en felicidad ni mucho menos interesado en armar o seguir alguna plática.

Cuando Felix finalmente se despidió de ambos con una sonrisa y un movimiento de mano, el menor de ambos detuvo al de rizados cabellos que planeaba hacer lo mismo, irse a cumplir con sus horarios para mirarlo de forma directa y seria.

- ¿Crees que puedas llevar a Felix a casa? – preguntó con duda – saldré tarde y no sé, no quiero que se vaya solo

- ¿Tienes un presentimiento? – él asintió haciéndolo asentir tambiénClaro, confía en eso Min

- Gracias

Y aunque probablemente era una de las "platicas" más escasas que tuvo con el mayor, realmente quería que ese día ambos fueran juntos, había algo que en su mente y sentimiento no cuadraba creyendo incorrecto que Felix se fuera solo, no es que tuviera algo en mente pero lo tomó como una simple precaución de su sexto sentido. No tenía nada por lo que preocuparse pero sería precavido haciéndose caso a sí mismo, tal vez Felix ya no era un niño y tampoco tenía que ser cuidado por nadie pero a sus ojos si lo era, no en su totalidad pero sentía esa extraña parte del menor que seguía latente en cada acción o paso que daba.

Una Extraña Historia | MinLix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora