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Después de aquel día en el que sus manos temblaron de forma involuntaria mientras sus pasos eran temblorosos y terminara teniendo una tarde tan sumamente familiar que jamás esperó tener sus ánimos no pudieron ir a mejor, luego de ese día en el que al regresar a casa solamente tenía esa resplandeciente sonrisa nada pudo manchar esa gran felicidad.

Nadie lo entendía y el tampoco tenía la necesidad de explicarlo porque no lo creía necesario, ni siquiera a Minho porque el pensaba que era algo tan poco que no tenía porque contarlo cosa que en parte no fue tan buena idea, para nada que lo fue.

Sin embargo el joven muchacho simplemente se permitió ser feliz de esa inmensa forma sin pararse a pensar mucho lo que pasaba fuera de él.

Su rutinaria vida seguía igual pero esta vez con el aumento de tener a ambos Lee completamente ocupados en sus carreras respectivamente, tenía quizás semanas que no había ni un pequeño espacio en su apretado tiempo para estar en una pequeña salida más por Minho que por Felix, el mayor empeñaba todo su tiempo en eso que tanto amaba mientras el menor tenía más tiempo libre porque a pesar de todo sus pendientes le parecían más como un pequeño juego que podía resolver en cosa de horas pero siempre estaba ahí ese sentimiento de saber y observar que el único momento que podían tener juntos era la noche, aunque claramente aveces no era posible tampoco pues aunque Felix quisera el era alguien que no aguantaba demasiado quedarse despierto hasta tarde así como su 'pareja' quien podía no dormir porque el tiempo no existía cuando de lo que tanto le gustaba se trataba, tantas noches en las que en la sala de la casa tenían el escenario de un increíble bailarín y el de un Felix que con los ojitos casi cerrados que le hacía compañía hasta que ya no podía más con su sueño y terminaba por quedarse dormido despertando en la mañana cobijado por las mantas de su cama muchas veces sin la compañía del mayor y algunas otras se encontraba con la fuerte figura de su amado abrazando su no tan marcada anatomía como si de su peluche favorito se tratara.

No obstante aunque no tuvieran mucho tiempo para compartir salvo pequeños momentos seguían amandose de la misma forma que el primer día, nada había cambiado y nada lo haría porque entendían de sobra que no siempre podían tener tiempo para vivir en su cuento de hadas y ninguno estaba en desacuerdo con ello. Felix algún día de esos se tomó la libertad de tener una pequeña salida con Seungmin quien se mostraba feliz de las tantas cosas que le contaba a su ligeramente mayor. Cosas que Felix atentamente escuchaba sin perderse ni un detalle y realmente le parecía lindo saber que el menor podía tener una oportunidad nueva para amar.

Tomaba esos tiempos que no tenía con Minho para tener su propia individualidad que sin saberlo necesitaba, justo como en ese momento en el que un tímido Cha Eunwoo le invitó a esa cita amistosa que Felix sin tener nada planeado ese fin de semana aceptó sin dudar, total tampoco quería quedarse en casa teniendo tan buen tiempo en la ciudad que podía ser aprovechado por él teniendo a un amigo a su lado.

Aquel día por la mañana al despertar no encontró a Minho por ningún lado pero no le preocupaba pues seguramente el mayor habría salido a correr por el parque para posteriormente regresar a casa con alguna bolsa de pan o galletas para su desayuno y a Felix no le molesta aquello puesto que de esa forma no tenía que levantarse temprano a hacer el desayuno, simplemente esperaba la llegada del castaño para ingerir su clásica leche de sabor y alguna pieza de pan.

- ¿Te quedarás en casa? – preguntó el más joven después de masticar y tragar un pedazo del esponjoso azucarado pan –

- Sí, quiero dormir todo el día – dijo con una pequeña sonrisa cansada que luego cambió al recordar que Felix podría querer salir – Pero si quieres podemos salir a algún lugar

Una Extraña Historia | MinLix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora