Linda De Amar

Capítulo Nueve

Alegría y tristeza.

¿Son sólo expresiones de nuestros sentimientos?

La cafetería del Roller está lleno de personas que disfrutan de una compañía. Muchos rostros tristes, desolados y muy compungidos debido a algún dolor en su interior que no pueden ponerlo en palabras.

Todos los adolescentes están ocupando una mesa, sin hablar, mirándose solamente. En silencio las palabras sobran. Es un huracán de emociones encontradas que son difíciles de ocultar. Y en una de esas mesas el silencio no es reconfortante sino abrumador así que el chico decidió romperlo.

—¿No estarás pensando en decirle para encontrarse? —murmuró Benicio con preocupación.

—¿Por qué no? —replicó Nina con el ceño fruncido—. Va a ser en un lugar público y de día, no creo que sea un asesino suelto.

A pesar de la broma, ella siente la misma inseguridad que su amigo pero algo le dice que es de confianza. Lleva días intercambiando mensajes con aquella persona que quiso conocerla un poco más y hoy le había sugerido encontrarse en el parque ya que ambos vivían en la misma ciudad.

—Esto no me causa gracia —farfulló—. Yo te voy a acompañar.

—¿Qué?

Nina no daba crédito de lo que escucho y se lo agradecía que se preocupará tanto por ella. Esa felicidad inexplicable en su corazón al saber lo importante que él la consideraba.

—Que no te voy a dejar sola con un psicópata dando vuelta —afirmó dispuesto a no dejarla sola en ningún momento.

Benicio presentía que nada bueno saldría de ese encuentro. Se sentía contrariado al cuidar tanto a su mejor amiga y aunque se decía que lo hacía porque no quería que saliera lastimada algo le decía que había más.

«Nadie va a jugar con ella si yo puedo imponerme».

Claro que nadie, o quizás casi nadie, sabía que esa persona en busca de la gran FelicityForNow era nada más ni nada menos que Simón Álvarez. Y su mejor amiga, Emilia lo sabía. No es como si supiera todo, aún le faltaba una información importante.

¿Por qué rayos Simón quería conocer a esa chica?

—Entonces, acepto encontrarse en el parque... —habló bajo Emilia a su mejor amigo mexicano a lo que él solamente asintió—. Sigo sin entender por qué querrías conocerlo.

—No es tan importante —mintió desviando la mirada hacia cierta mesa donde una chica de lentes junto a un italiano están juntos—. Quisiera conocerle para darle las gracias, ya te lo dije.

—Es que es eso lo que no entiendo, gracias por qué o qué.

—Es todo lo que te voy a decir —desistió de seguir hablando y la chica suspiro.

—Creí que éramos amigos y que nos contamos todo —Simón la miró al escuchar aquel terminó de su amistad en pasado.

—Somos amigos —puntualizó en presente—. Y esto no es que me gusta mucho hablar, cuando esté listo lo haré, lo prometo.

—Bien.

Por más que sus fracciones en su rostro se hayan tranquilizado, él sabía que quería una explicación. No se la daría, aún no está totalmente listo para eso. Afrontar la realidad era más dolorosa de lo que creyó.  

Mientras ambos amigos seguían discutiendo sobre que nivel de su amistad están, una pareja de novios no pueden ni mirarse a la cara. Quieren decirse tantas cosas, como por ejemplo, asegurar que estarán juntos a pesar de lo que tengan que afrontar en el futuro.