Linda De Amar

Capítulo Trece

¿Qué estás dispuesto a hacer por amor?

Empezó a teclear Nina en su netbook, era un pensamiento que no salía de su mente y no la dejaba dormir por lo que a la medianoche se levantó de su cama para ir hasta la cocina a escribir. Necesitando poner por escrito lo que siente y sin decir lo que ha hecho.

Muchos han hecho miles de locuras por amor. Algunos han viajado kilómetros y kilómetros para volver a encontrarse con el gran amor de su vida. Otros han dicho mentiras para que esa persona no sufra. Y muchos, hasta incluso, han dejado de amar a esa persona que darían su vida para no hacerla sufrir. Por eso, ¿tú qué estarías dispuesto a hacer por amor?

Dejo de escribir un momento para tomarse unos segundos para pensar qué escribir sin decir su identidad o que alguien llegará a descubrirlo. Y entonces volvió a teclear.

Si tuvieras la posibilidad de hacer la mayor locura de tu vida, ¿lo harías? Al fin de cuentas, lo harías por el amor de tu vida. ¿No perderías nada?

—¿Nina? —escuchó que su mejor amiga le llama desde la puerta de la cocina y rápidamente cerró la netbook para que no viera nada.

—Si, Ilia estoy aquí —miró a su amiga que la veía con el ceño fruncido por su reacción al entrar a la cocina.

—¿Qué hacías?

—Un trabajo para la escuela —mintió con toda la culpa que pudo sentir.

—Y... ¿necesitas ayuda? —se acercó a paso rápido para sentarse a su lado—. Soy muy buena en todo y...

—No, está bien —negó agarrando su netbook y levantándose de la silla. Fingió bostezar—. Ya es muy tarde, ni me había dado cuenta, mejor volvamos a dormir...

—¿Qué me estás ocultando señorita Simonetti? —murmuro entre dientes, se estaba enojando.

—Bueno... Yo... —se quedó de piedra.

—Me voy a dormir.

Nina quiso detenerla cuando paso por su lado pero no encontró el valor suficiente para enfrentar la situación.  Su mejor amiga estaba muy molesta y con mucha razón.

«¿Debería decirle la verdad?».

(...)

Dos Días Después

Su noviazgo iba muy bien, nadie podía negar que era extraño ya que creían conocer a la chica de lentes y pensaban que jamás se pondría de novia con una persona que conocía muy poco. Menos mal que nadie sabía la verdad.

—¿Todo bien? —se lo pregunto su compañera de banco en el curso.

Asintió.

No quería hablar con nadie. Es que sus mejores amigos dejaron de hacerlo, contrario a lo que suponía su supuesto novio de que el chico que estaba enamorada ella le prestaría más atención y no que la dejaría de hablar.

La clase siguió su curso, prestando atención a cada explicación del profesor debido a que la siguiente clase habría una prueba en esa materia. Esa era el último módulo del día por lo que al escuchar el timbre indicó que todos empezarán a guardar sus útiles y después salir del curso.

Al estar afuera miró sobre sus costados buscando con la mirada a una chica mexicana que desde que se enteró que sería el reemplazo de su prima se vio muy molesta aunque no dijo nada sabría que era de esperarse de cualquier cosa, incluso podría atacar en el momento menos pensado para ella. No la vio así que salió del colegio.