Linda De Amar

Capítulo Dieciocho

Capítulo Especial

Simón Álvarez

Escuché una vez que la medida de cuántas personas te quisieron en tu vida estarán presentes en tu funeral y siempre creí que en el mío estaría la sala vacía, quizás mi mejor amiga estaría tan sola que sería desgarrador esa imagen. Sin embargo, este no es un funeral aunque lo parezca.

Sus padres y sus amigos más cercanos del Roller están aquí. Algunos con lágrimas en los ojos con su mirada perdida. Incluso buscando la respuesta al porqué lo había hecho. Nadie daba la cara para responder ese interrogante. Sus miradas buscan respuestas que no estoy dispuesto a darles.

Emilia a mi lado llorando me estrunjo el corazón por lo que volví a abrazarla por los hombros dándole un pequeño de mi fuerzas, eso había prometido que haría. Inevitablemente recordé nuestra última conversación cuando me contó como haría y cual sería el plan.

—¿Una cena? —pregunté entiendo que su agradecimiento no sólo sería para mí.

—Una última cena —asintió Nina, sonriente y me quedé sin palabras—. Quiero que está noche sea la última noche de Nina Simonetti.

—No... Lo siento, yo no... —dije entre balbuceos.

—Simón, necesito tu apoyo y ayuda —volvió a acercarse y me alejé—. Por favor, esto será difícil para mi familia y para Emilia... Yo...

—No —dulcifique el tono de mi voz.

—Por favor, te necesito.

—Escucha entiendo que lo que te paso es horrible pero no me pidas eso —exigí llevando mis manos a la cabeza desparramando mi cabello.

—Al menos déjame contarte el plan y si después de eso no quieres ayudarme voy a entenderlo —propuso y asentí no muy convencido—. Quiero ir al Roller, estar con mis amigos y con los chicos, decirles que todo estará bien. Ayudarlos en lo que pueda —comenzó—. Al final, volver a casa con Emilia y Benicio para estar con ellos una última vez.

—¿Sólo eso? —cuestione, porque si podía ayudarle en eso.

—Y en un momento de la cena subir a mi habitación con alguna excusa para que mis padres después de unos veinte minutos vayan a encontrarme con una sobredosis.

—¿Qué? —susurre, no eso ya no podía verlo.

—Escucha, estaré dormida para que parezca que realmente me dio una sobredosis y los dos deben creerlo —explicó refiriéndose a Emilia y Benicio—. El frasco será de los medicamentos de mi mamá y estará vacío para darle más credibilidad.

Ahora entendía la broma que había hecho antes de que ella misma se mataría aunque no lo haría directamente.

—Papá me llevará al hospital y van a decir que fue demasiado tarde... Ese será mi último adiós —lloró cristalizando sus lentes y trague saliva con dificultad—. Emilia te va a necesitar en ese momento.

—Se va a sentir culpable —medite al recordar que debía de tener miles de preguntas.

—Por eso quería que me prometas que no la vas a dejar sola sin importar si me ayudas o no —pidió suplicante.