Jennette empujó con todas sus fuerzas a Hyukjae pero todo su esfuerzo era en vano, Hyukjae la tenía tan bien sometida, una de sus manos estaba en su espalda y la otra en su nuca, para que no pudiera alejarse de él. Por un segundo estuvo a punto de rendirse, todo su cuerpo pedía a gritos dejarse llevar y corresponder el beso. Aspiró el olor masculino y sintió sus piernas débiles, estuvo a punto de rendirse, cuando a su nariz llegó el olor de un perfume femenino. recordándole en ese instante lo que había presenciado antes de venirse, quitándole por completo cualquier rastro de excitación, siendo remplazado por enojo.
Se removió con más fuerza entre sus brazos, lo que quería era que Hyukjae le quitara las manos de encima. Escuchó claramente un gruñido de protesta de él, pero no le importo, tenía que hacer algo para que la soltara. Abrió sus labios y mordió fuertemente el labio de él. Haciendo que Hyukjae la soltara y se alejara, llevo una de sus manos hasta sus labios, al sentir el sabor metálico de la sangre en sus labios.
—Nunca— Dijo Hyukjae tomándola de uno de sus brazos. —Escúchame bien, nunca se te ocurra a volver hacer eso— Apretó más su agarre. —¿Entendiste?— Silencio. —¿Entendiste?— Volvió a preguntar.
—Me estás lastimando— Se quejó ella.
Hyukjae sonrió, como si disfrutara hacerle daño.
—¿Y? A ti no te importó lastimarme. ¿Por qué debería importarme a mí?
Jennette intento zafarse del agarre de él, si antes no podía, ahora parecía inútil.
—Qué te quede claro, Jennette— La llamó. —Me perteneces y harás lo que yo diga.
—Podrás obligarme a obedecerte, pero nunca seré tuya.
La expresión de él cambió, endureciendo sus facciones. Vio claramente como las pupilas de él se dilataron.
De un momento a otro, Hyukjae la liberó de su agarré, respiró con alivio, pero poco le duro al ver la sonrisa burlona que le daba.
Volvió a balancearse sobre ella, las manos del hombre aterrizaron sobre su cuerpo, soltando los botones de su vestido.
—No— Gritó, llena de pánico al ver como los botones del vestido salían disparados uno por uno.
—Deja de fingir— Gritó con voz áspera.
—No voy a tener sexo en el mismo lugar donde te acuestas con esa mujer.
—¿Celosa?— Preguntó con burla.
Los brazos de Hyukjae la inmovilizaron, dejándola caer al sillón, mientras que él se subía sobre ella y una de sus rodillas se abrió paso entre sus piernas.
—Vete al infierno— Su voz sonaba molesta.
Hyukjae sonrió aún más.
—Sí, precisamente ahí es a dónde pienso llevarte.
Antes de que Jennette pudiera responder, fue callada por los labios de Hyukjae, el beso era diferente a todos los anteriores, sus besos eran agresivos y exigentes con sabor a sangre, su respiración era audible para ella, vio como una sonrisa se formaba en sus labios cuando ella intento alejarlo, como si disfrutara hacerla sufrir.
—Para— Suplico cuando sintió sus labios bajar hasta su cuello y sus manos tiraba hacia abajo el vestido, dejando descubierto su cuello y parte de su pecho.
Hyukjae estaba fuera de sí, no le importaba cuando ella tratara de alejarlo, él no se movía ni un poco, lo único que hacía era aumentar más su enojo. Solo se movía para seguir lamiendo y mordiendo la piel de ella.
