Se sentía tan abrumada como fascinada al estar por primera vez en una fiesta de ese tipo, aunque en el pasado había asistido muchas veces por parte de la empresa, nada se comparaba con lo que veían sus ojos.
No había mucha diferencia, pero las que alcazaba a notar las podía catalogar como exóticas.Se miró al espejo, acomodando su peinado y suspiró por última vez antes de salir del tocador.
No le sorprendió ver del otro lado de la puerta a Hyukjae. Cuando le dijo que quería ir al tocador, él se había ofrecido a acompañarla y a esperarla, no sé imaginó que literalmente estaría casi frente a la puerta.
Él estiró su mano y ella lo aceptó, comenzando juntos a caminar de nuevo rumbo a la fiesta.Volteó a verlo disimuladamente, tratando de descifrar el porqué su cambio de actitud con ella, de la noche a la mañana había cambiado tanto que de cierta manera le daba curiosidad, pero aunque le costara negarlo, le gustaba estaba nueva actitud que tenía con ella. Sobre todo en esta noche, Hyukjae se había encargado de explicarle cosa por cosa lo que ella le preguntaba, así como traducirle todo lo que decían Donghae cuando pasó al frente a decir unas palabras.
Ingresaron nuevamente a la fiesta, caminando entre las personas que estaba ahí, algunas saludaban a Hyukjae con un leve asentamiento y algunos se acercaban a hablar con él.
Hyukjae siempre la presentaba como su esposa y ellos volteaban a verla, hablándole en su idioma.—¿Pasa algo?— Preguntó él.
Ella estaba a punto de contestar cuando escuchó el nombre de él.
—Hyukjae— Habló un hombre que se acercaba a ellos.
—Ve— Dijo ella. —Iré a tomar un poco de aire.
—¿No quieres que te acompañe? Puedes perderte.
—Hyukjae, no tengo cinco años. Puedo ir y regresar perfectamente— Respondió ella. —Ve, te buscan— Señaló al hombre que estaba a unos metros de ellos.
—Cualquier cosa, me marcas.
Jennette asintió, viendo cómo Hyukjae se daba la vuelta rumbo al hombre que estaba ahí. No sabía quién era, pero por la forma en que se habían saludado, podía suponer que eran cercanos.
Caminó rumbo a la salida, no sin antes tomar una copa que le había ofrecido el mesero cuando pasó a lado de ella.
Respiró profundo mientras sentía cómo la brisa golpeaba su rostro. Habían pasado tantas cosas en los últimos meses que todavía le costaba creer cómo su vida había cambiado de un día para otro y todo por el estúpido de su hermano mayor. William la había llevado a casarse con alguien que no conocía en lo más mínimo y lo único que sabía que le gustaba era cuando la humillaba y cuando la amenazaba con mandar a su familia y a ella a la cárcel sino hacia lo que él quería.
A pesar que había buscado alguna información sobre él, nada había encontrado.
Bebió de un solo trago todo el contenido de la copa, mientras veía el gran jardín frente a ella.Sintió como unos brazos envolvían su cintura y no tuvo que regresar a ver quién era. Sabía que era Hyukjae, su cuerpo lo reconocía al instante y eso la alarmó.
Se giró quedando frente a él, mirando esos ojos castaños, tratando de descifrar porque su cambio de actitud con ella, sin embargo no vio nada en ellos, más que un anhelo que no supo descifrar. Por un momento llegó a su mente lo que Natalie le había dicho y justo en ese momento moría por saber qué era eso tan importante.
Cerró los ojos cuando sintió como él tocaba una de sus mejillas, con una delicadeza que su corazón latió fuera de control.—Vamos dentro— Susurró después de dejar un casto beso sobre sus labios.
Jennette abrió los ojos y asintió, dejándose guiar por él.