Capítulo 7

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Desde aquel día desde que Spencer la había besado, la felicidad reinaba en su vida. Aún recordaba el beso que le había dado, por inercia se llevó su mano hasta sus labios y se sonrojó.

Aún no podía creer que Spencer fuera su novio. Una sonrisa se formó en sus labios, el sólo recordarlo.
Detuvo su paso al estar frente al salón de música. Se asomó por la ventana, desde ahí podía verlo, sentado frente al gran piano de cola.

Vio como él estaba tan concentrado, mientras el profesor prestaba atención a lo que él tocaba.
Minutos después, la música dejó de sonar, aunque ella no sabía nada de música, sabía que Spencer era muy bueno tocando el piano.

Esperó a que todos salieran para entrar, Spencer aún seguía tocando el piano. Se acercó hasta llegar justo frente a él.

—Jennette— La llamó.

Ella abrió los ojos sorprendiéndola, Spencer tenía los ojos cerrados.

—¿Cómo sabías qué era yo?— Preguntó haciendo un puchero.

El abrió los ojos y le sonrió.

—Sólo lo sé— Respondió él.

—¿Quién te enseñó a tocar el piano?— Preguntó sentándose a su lado.

—Mi padre— Respondió.

Jennette guardo silencio. Ella sabía que él y Aiden eran huérfanos.

—Te gusta mucho tocar el piano, ¿Verdad?— Preguntó mientras una de sus manos tocaba las teclas.

—Sí, fue lo primero que me enseñó mi padre— Respondió.

Jennette siguió tocando las teclas a la azar.

—Toca algo para mí— Dijo mirándolo fijamente.

Spencer sonrió y comenzó a tocar. Jennette lo veía, mientras él volvía a cerrar sus ojos.

Minutos después, la melodía paró, Jennette apoyó su cabeza en el hombro de él y sonrió. Había sido una  melodía que nunca antes había escuchado.

—¿Cómo se llama?— Preguntó ella.

—Amata et amissa— Respondió él, mientras la rodeaba con sus brazos.

—¿Amata et amissa?— Preguntó ella sin entender. —¿Es italiano?

—No— Negó. —Es latín.

—¿Qué significa?

—Amado y perdido— Respondió él.

Jennette sonrió levemente.

—¿Así es como te sientes?— Preguntó ella.

—Aveces— Respondió.

—¿Cóm...?

Antes de que empezará hacer más preguntas, Spencer capturó sus labios y comenzó a besarla.
Jennette rodeó el cuello con sus brazos, dejándose llevar por el beso que le daba Spencer.

De un momento a otro, Spencer se alejó, obligándose a soltarla, para después ver su rostro. Era lo que más le había encantó ver, sus mejillas sonrojadas y sus ojos brillantes, sabía que ese beso le había afectado, así de la misma manera que le había afectado a él.
Se acercó a ella y posó un beso en su frente, y de nuevo comenzó a tocar.

Horas después, Jennette llegaba a casa. Lo primero que hizo fue encontrarse a su nana que la esperaba lista con la comida.

Cuando terminó de comer, se fue a su habitación, esperando que las horas pasarán rápido y Spencer pasará a verla.

Cuando la hora llegó, salió de su casa. A pesar que quería estar más tiempo con él, no podía, había inventando una excusa para salir y tenía que regresar antes de que alguien se diera cuenta.

Volteó a verlo por última vez antes de entrar a su casa. La sonrisa en su rostro era evidente, se llevó su mano hasta su pecho y trato de tranquilizarse.

—¿Quién es ese muchacho?— Preguntó su nana tras de ella.

Jennette se sobresalto y dio un grito.

Su nana sonrió y se acercó a ella, y posó su mano en su hombro como muestra de apoyo.

—Puedes decirme— Dijo su nana.

Jennette se giró.

—Es mi novio— Admitió ella sonrojándose.

Jennette podía sentir como su rostro ardía.

—Mi pequeña ya tiene novio.

Sintió como las manos de su nana se posaban en sus mejillas sonrojadas.

—¿Cómo se llama?— Preguntó su nana.

—Kan Spencer.

—¿Kan?— Preguntó. —Nunca antes había escuchado un apellido así, ¿Es hijo de los nuevos empresarios que llegaron?

—No— Respondió ella. —Spencer siempre ha vivido aquí.

—¿Entonces?

—Él junto con su hermano son los estudiantes que tiene becados el colegio.

—Entiendo— Dijo su nana.

—¿No estas molesta por qué él no sea de nuestro mismo círculo social?— Preguntó ella.

—¿Por qué debería?— Respondió con otra pregunta. —El amor no ve las clases sociales— Le sonrió levemente, apretando sus mejillas. —Lo único que te voy a pedir que cuando vuelva a venir, me lo presentes. Me gustaría conocer el novio de mi pequeña.

Jennette asintió y sonrió levemente. Saber que su nana la apoyaba y no tenía nada en contra que Spencer fuera pobre, la tranquilizaba.

Los días pasaron, Jennette se encontraba en la habitación de Spencer.

Él se encontraba tocando el piano, mientras que ella, estaba sentada junto a su lado.
Spencer tocaba la misma canción que él había tocado días atrás.
Desde esa vez, él tocaba esa canción para ella. Amata et amissa, se había convertido en su melodía favorita.

—¿Cómo la descubriste?— Preguntó ella cuando Spencer había dejado de tocar.

—Cuándo era niño, fue de las primeras que aprendí a tocar— Respondió. —Christopher Haigh se convirtió en mi compositor favorito.

Jennette sonrió, le encantaba cuando Spencer compartía esos pequeños detalles con ella.

Se acercó a él y le dio un corto beso en los labios. Para después comenzar a tocar las teclas.

Spencer la veía sin decir ninguna palabra, sólo se dedicaba a verla. Colocó sus brazos alrededor de su cintura, pudo ver claramente como ella sonrió levemente.
Se inclinó hacia ella y depositó un beso en su cuello.

Jennette dejó de tocar las teclas y se giró hacia él para poder besarlo. En cuestión de segundos el beso se volvió apasionado y ella ya se encontraba sentada a horcajadas arriba de él. Sintiendo su dura erección, cegada por el deseo, giró sus caderas, volviendo a sentir aquel bulto.

No supo en que momento su blusa tenía varios botones sueltos y su falda estaba hasta la cintura. Las manos de Spencer estaban en sus nalgas desnudas.
Un gemido salió de sus labios, cuando los labios de Spencer tocaron uno de sus pechos, él le daba hambrientos besos y los lamía.
Mordió su hombro, cuando las manos de Spencer apretaron sus nalgadas, acercándola más a él.

—Spencer— Gimió su nombre en voz alta

Hyukjae paró, nunca antes le había molestado tanto la mención de ese nombre como ahora. Tenía que parar, no podía quitarle la virginidad a Jen, no sin antes contarle quién era en realidad.

Retiró sus manos de sus nalgas y la bajó de él. Posó su mirada en ella y la vio. Sus mejillas sonrojadas, sus ojos brillantes, sus labios entreabiertos y su respiración irregular, todo de ella demostraba lo excitada que estaba.

Se acercó a ella y plantó un beso en la frente. Se arreglaron el uniforme, y Spencer volvió a tocar para ella.



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Nos leemos pronto 😄

Amata Et Amissa (Eunhyuk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora