Capítulo 13

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No podía apartar su mirada de ella, era algo irreal que después de doce años, Jennette estuviera frente a él.
Si alguien le hubiera dicho que está noche Jennette estaría en su casa, definitivamente no lo hubiera creído. Sonrió levemente tan sólo de pensarlo.

—Yo... yo...—Balbuceó ella. —El señor Leeteuk me envío.

Hyukjae alzó una de sus cejas.

—El señor Leeteuk me dijo que tenía que hablar con Hyukjae— Explicó ella.

—Yo soy Lee Hyukjae.

Jennette asintió levemente sin saber que más decir. Que él no dejará de verla sólo hacia que sus nervios aumentarán más.

—No tenemos todo el día, señora...

—Hardy, Jennette Hardy.

Hyukjae desvió su mirada hasta sus manos, no llevaba ningún anillo y aún conservaba su apellido de soltera. Se sintió un estúpido al alegrarse por eso.
La examinó con la mirada y podía darse cuenta que el tiempo había favorecido en ella, sus curvas se habían acentuado en los lugares correctos y su cabello estaba más largo de lo que recordaba.

Jennette sintió su cuerpo tensarse al sentir como Hyukjae la examinaba con la mirada. Se armó de valor y comenzó a hablar, no podía permitirse perder más tiempo.

—He venido a pedirle que invierta a mi empresa.

Hyukjae alzó una de sus cejas.

—¿Cómo por qué tendría que hacer eso?— Preguntó él.

—Mi empresa está pasando por un momento crítico.

—¿Quiere que invierta en su empresa que está pasando un momento crítico?— Preguntó Hyukjae. —No veo en la necesidad de invertir en una empresa que está en la quiebra.

—Porque si su empresa llega invertir en la mía, ambos saldremos beneficiados. Nos ayudaríamos mutuamente.

Jennette se acercó a él y le entregó el mismo documento que le había dado a Minhyuk y le explicó detenidamente todos los beneficios que tendrían a futuro.

Hyukjae trató de concentrarse en la explicación que ella le estaba dando, estaba tan cerca de ella que podía oler su perfume.

—¿Si ya tenía todo planeado, por qué no fue a la cede que está en New York?— Preguntó Hyukjae.

Regresó a verla, algo escondía y quería saberlo. Todo lo que le había explicado favorecía a ambas empresas, no entendía porque Minhyuk no había aceptado su propuesta.
Se le hacía absurdo que ella había viajado hasta Corea sólo para pedirle que invirtiera en su empresa.

—Fui, pero el señor Minhyuk quería otra cosa para que accediera a invertir.

Hyukjae apretó su mandíbula de sólo escuchar aquello. El imbécil de su primo quería acostarse con ella.

—¿Te acostaste con él?— Preguntó directo.

—No— Respondió ella. —Leeteuk lo impidió.

Jennette por instinto retrocedió cuando Hyukjae se comenzó acercarse. Era mucho más alto que ella, incluso cuando estaba utilizando tacones, con suerte y le llegaba a su barbilla.

—Y Leeteuk te envío conmigo— Ahora entendía todo, Leeteuk la había enviado para que la ayudará. —No se le ocurrió que tal vez fuera mucho más peligro que mi primo. Debes ser muy buena para que Minhyuk quiera tenerte en su cama.

—Su primo se me ha insinuado en varias ocasiones, pero nunca he aceptado— Confesó. —La inversión que le pedí que hiciera fue la escusa perfecta para chantajearme.

—Dijiste que Leeteuk lo impidió, eso quiere decir que estabas dispuesta a acostarte con él.

—No tenía opción— Admitió. —Es la empresa en la que mi padre ha trabajado durante toda su vida.

Hyukjae asintió, era la respuesta que esperaba, a ella siempre le importó el dinero.

—Veamos que puede ofrecerme.

Jennette lo miró sin entender. Él se acercó hasta ella y comenzó acariciar su cuello, de arriba hacia abajo.
El pánico se apoderó de ella al sentir la mano de Hyukjae bajar hasta sus pechos.

Cerró los ojos con fuerza aguantando aquella tortura. Podía sentir como él abría perezosamente los botones de su abrigo.
Abrió los ojos cuando sintió el abrigo caer.
Levantó su vista hacia él y pudo ver que le gustó lo que vió, lo supo al ver sus pupilas dilatadas.

—Vete— Le advirtió en su oído.

—No me iré hasta que acepte mi propuesta.

—No voy a invertir en una empresa que está en la quiebra.

—Por favor— Pidió ella. —No se arrepentirá, su empresa se va expandir mucho más, sólo necesitamos unos meses para ver resultados.

Hyukjae sonrió con amargura al verla en su estado de desesperación. Era lo que ella se merecía.

—No es muy conveniente arriesgarme por su empresa, mucho menos cuando tú hermano puede volver hacer lo mismo.

—Mi hermano no lo volverá a hacer, los privilegios de mi hermano fueron destituidos. Yo misma tomaré el mando de la empresa. Le doy mi palabra.

—¿Y si quiero algo más qué su palabra?— Preguntó volviendo acercarse a ella. —Si me complace como se debe, le podía darle dos meses más.

—Debe saber que no me acostaré con usted sin ninguna garantía— Dijo alzando la mirada.

—Entonces la conversación acaba de terminar— Dijo Hyukjae caminando hacia la puerta.

Jennette fue tras él.

—No puede irse— Dijo tomando su brazo.

Hyukjae se soltó de golpe al sentir su mano sobre su brazo.

—Usted no puede venir a mi casa pidiendo a que resuelva sus problemas.

—Si no tuviera otra opción no estaría aquí.

—Ese no es mi problema.

—Tome lo que quiera— Dijo en voz alta cuando lo vio girarse.

Hyukjae se giró y comenzó acercarse a ella.

—No le ofrezco garantías.

Jennette no tuvo tiempo de responder cuando sintió como Hyukjae la atraía hacia él, pegando su rostro en su cuello, haciendo que retrocediera. De un momento a otro, Hyukjae la giró, pegando su pecho en el bar que se encontraba ahí.
Sintió como las manos de Hyukjae recorrían su cuerpo hasta detenerse justo en el borde de su vestido. Sus manos se hicieron puño, cuando su vestido fue alzado hasta su cadera y sus nalgas fueron descubiertas, escuchó un gruñido por parte de él, al momento que la pierna de él separaba las suyas. Quiso voltearse, pero Hyukjae se lo impidió, poniendo su mano sobre su espalda, pegándola de nuevo a la barra del bar.

No podía explicar lo humillada que se sentía en esos momentos.
A pesar que agradecía que no era Minhyuk quién la tocaba no era muy diferente a que Hyukjae la estuviera tocando, era demasiado tosco y frío, nada de lo que alguna vez había vivido con Spencer.

«Donde quiera qué estés, por favor, Spencer, dame fuerzas»
Pensó ella.

Un sollozo salió de sus labios, no quería entregar su cuerpo a alguien que no fuera más que a su único amor. Y ahora lo que tanto se había prometido no hacer estaba por pasar. Sabía que ahora en adelante no volvería a escuchar su grabación sin recordar este momento.

Se tensó al escuchar el cierre del pantalón abriéndose.

Cerró los ojos con fuerza al saber lo que vendría después, un gemido de dolor salió de sus labios y esperó a que Hyukjae tomará lo que siempre se prometió guardar, su virginidad.

Amata Et Amissa (Eunhyuk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora