Con manos temblorosas cerró la puerta y se recargó sobre esta, soltando un suspiro, mientras se llevaba una de sus manos a su pecho.
Sentía los nervios a flor de piel por lo que acaba de pasar. Cerró sus ojos y recordó lo que había pasado.
Después de tantos años se había vuelto a sentar frente a un piano, desde la muerte de Spencer no había podido volver hacerlo sin que se acordara de su gran amor, incluso escuchar la grabación se volvía doloroso. Pero hoy, después de tantos años se había atrevido y tocó aquella canción que significó todo para ellos, incluso recordó cuando él le había enseñado a tocar.
Y de repente había llegado Hyukjae, interrumpiendo la poca paz que tenía. Acercándose a dónde estaba para ayudarla a tocar, y ella como estúpida lo había permitido.
Los sentimientos que había sentido alguna vez, volvieron con fuerza al tocar el piano, por un momento cerró los ojos y se dejó llevar, olvidándose quien estaba con ella era Hyukjae y no Spencer. Había sido tal su efecto que había provocado volver a sentarse frente a un piano que no pudo diferenciar lo que ocurría en realidad.
Cuando la melodía salió, la realidad la golpeó con todas sus fuerzas, dándose cuenta que no estaba en el salón de música de la preparatoria, estaba en una habitación inmensa frente a una ventana y un gran piano a mitad de esta y claramente no era Spencer quien estaba con ella, sino Hyukjae. El hombre que ahora era su esposo, pero su verdugo desde el momento que lo conoció.
Esa había sido la razón por la cual casi salió huyendo de ahí, estar en ese lugar hizo que por un momento su mente le hiciera una mala jugada.
Abrió los ojos poco a poco y suspiró, todavía podía sentir sus manos temblar y su corazón latiendo rápidamente.
Por un momento, solo por un momento, llegó a pensar que Spencer era el que estaba a su lado.
—Debo de estar volviéndome loca— Dijo ella.
Sacudió su cabeza, como si quisiera que esos pensamientos se alejaran de su mente, Spencer estaba muerto y Hyukjae estaba a tan solo unos cuantos metros lejos de ella. A parte de que era personas totalmente diferentes, Spencer la amaba y nunca se atrevería hacer todo lo que Hyukjae le había hecho, mientras que con Hyukjae era todo lo contrario.
Suspiró por última vez antes de caminar hasta el baño, necesitaba refrescar su rostro para que todas esas ideas se fueran de su cabeza.
Había perdido la noción del tiempo que llevaba ahí, solo recordaba con Jennette había desaparecido por aquella puerta.
Su vista regresó del nuevo al piano, en tan solo unos segundos, había experimentado tantas emociones, que ni siquiera recordaba cuando había sido la última vez que se sintió así.
Salió de ahí, dándose cuenta que ya era tarde y fue directo a su habitación. Cuando ingresó a la habitación, no la vio, solo estaban las luces prendidas, pero sin detenerse, siguió caminando. Hasta que la vio, para su sorpresa Jennette se encontraba en la terraza sentada en la silla junto con su computadora, sabía que le estaba afectado el cambio de horario.
Se aclaró la garganta para hacerse notar, pero ella simplemente no regresó a verlo, era claro que lo estaba ignorando.
Sin decir nada, entro al baño para darse un baño y poder descansar, ya mañana tendría la oportunidad de hablar con ella.
Pasaban de las cuatro de la mañana cuando decidió dejar la computadora, los ojos le dolían y el sueño comenzaba a vencerla.
Dejó todas sus cosas sobre la mesa y caminó hasta la cama. Hyukjae se encontraba dormido, su rostro no reflejaba enfado o su ceño fruncido, solo tranquilidad, que le era difícil verlo así.
Despegó su vista de él y caminó hasta el otro lado de la cama y cerró los ojos, dejando que el sueño la invadiera.
