Capítulo 12

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Abrió la puerta de su oficina y lo primero que vio fue a su hermano. William estaba sentado en el sillón que se encontraba ahí.

Suspiró con pesadez antes de entrar, ignorando por completo la presencia de su hermano.

—¿Vas a seguir ignorándome?— Preguntó Will mientras veía a su hermana dejar sus cosas sobre el escritorio.

 —¿Qué es lo que quieres, Will?— Preguntó ella.

—¿Se puede saber qué mierda le dijiste a nuestro padre para que me quitará mi puesto?

—No he hablado con él— Respondió. —De todo caso, es tú culpa si te quitó el puesto, fuiste tú quien anda derrochando el dinero, dinero que no tenemos.

—No me hablas así— Dijo William poniéndose de pie.

—¿Entonces qué es lo que quieres, Will?— Preguntó ella. —¿Qué te esté aplaudiendo de las cosas que haces, aún viendo en la situación en la que nos encontramos?

—Ya habló la hija perfecta— Habló Will mientras rodaba los ojos.

—No soy la hija perfecta, sólo soy consciente en que la empresa se está yendo a la quiebra y tú en vez de estar ayudando te la vives de fiesta en fiesta.

—No es mi culpa que seas una amargada y que no te guste disfrutar de los placeres de la vida.

Jennette ignoró por completo el comentario de su hermano y comenzó a revisar los documentos que tenía sobre su escritorio.

—Esto deberías estar haciendo tú, ya que eres el mayor— Le reclamó Jennette a su hermano. —Pero no, mejor andas haciendo cosas que no deberías.

—Ya te dije que Lee Minhyuk es nuestra salvación.

—No pienso acercarme a él a menos que sea algo laboral.

—Deja de ser tan puritana— Se quejó Will. —Ni que Minhyuk fuera tan viejo, sólo es dos años mayor que tú.

—No me interesa.

—¿Entonces prefieres que la empresa termine de irse a la quiebra?— Preguntó él.

—No me estés chantajeando con eso— Le advirtió. —Porque no lo haré.

—Claro se me olvidaba— Dijo alzando la voz. —Tú sólo sales con tú novio muerto.

—¡Will!

—Ya pasaron doce años, Jenn— Le recordó. —Minhyuk es tú mejor opción para rehacer tú vida.

—Sal de mi oficina, William— Le ordenó.

—Piensa en lo que te dije, hermanita.

—Ahora, si no quieres que llame a los de seguridad.

William de mala gana salió de su oficina, no sin antes azotar la puerta.

Suspiró profundamente y se dejó caer en su silla, cerró los ojos levemente y volvió abrirlos. William en vez de ayudarle con la empresa, lo único que hacía era darle más problemas.

Había pasado tres meses y todo parecía empeorar, y no lo entendía, si sus cuentas no falllaban, la empresa debió de haber incrementado su ganancia, pero había pasado todo lo contrario.

Escuchó la puerta abrirse y vio a su hermano entrar. Sabía que algo malo pasaba, estaba demasiado nervioso.

—¿Will?— Preguntó a su hermano.

—Tienes que ayudarme, Jenn.

—¿Qué pasa?— Preguntó con cierta preocupación.

—Hice un negocio en el extranjero, todo iba bien hasta que no sé que pasó y no resultó...

Amata Et Amissa (Eunhyuk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora