Capítulo 24

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Hyukjae tenía entre sus manos el rostro de ella, tratando de entender lo que había pasado hace tan solo unos segundos.

—No... no...— Murmuró sin entender.

Ambos se movieron, haciendo que él entrara más en el interior de ella. Un quejido salió de los labios de Jennette que fue audible para él. Todavía podía ver el dolor en su rostro y sus lágrimas a punto de salir.

—¿Por qué sigues siendo virgen? ¿Por qué no te has acostado con nadie antes?— Recriminó él.

Ella solo frunció el ceño.

—¡Responde!— Le exigió.

—¿Qué es lo que quieres que te responda?

—¿Por qué no te has acostado con nadie antes?

—Porque nunca antes habían embargado mi empresa. Porque nunca antes habían amenazado con enviar a toda mi familia y a mí a la cárcel. Porque nunca antes me habían obligado a casarme con alguien. Y porque nunca me habían obligado a tener que acostarme con alguien.

Las pupilas de Hyukjae se dilataron y soltó un resoplido, al momento que salía de ella, dejándola sola, mientras abría la puerta del baño, para después azotarla.

Había perdido la cantidad de veces que había intentado calmarse. De todas las cosas que pensaba de ella, nunca se imaginó que ella fuera virgen, pero la sangre en su miembro le confirmaba que había sido el primero y el único. Se sintió un miserable por alegrarse de ello.

Siempre había sido un amante cuidadoso, preocupándose por la mujer con la que compartía intimidad y le había hecho daño a ella, a Jennette.
La había obligado a acostarse con él, diciéndole a Alice que no aprobara los pagos, solo con el único propósito poseerla y en su ignorancia la había lastimado.

Una maldición salió de sus labios al recordar el dolor en su rostro y como había intentado alejarlo cuando entró en ella. Si él hubiese sabido, hubiera sido menos brusco. Y el día de la boda, esa noche estuvo a punto de violarla.
Necesitaba un trago cuando antes, pero primero necesitaba calmarse antes de salir y regresar a la cabina.

Jennette aún se encontraba acostada en la cama, tratando de procesar lo que había ocurrido.
No podía creer que se había acostado con Hyukjae, que realmente se había dejado seducir por él.
Pensó que su cuerpo no reaccionaría a sus caricias y lo único que hizo su cuerpo fue rendirse ante él.

No era la primera vez que tenía a un hombre sobre ella, en el pasado había vivido una situación similar con Spencer, pero el acto nunca se consumó. Ahora eran sensaciones diferentes y no podía negar que le gustaron.
Incluso cuando Hyukjae había entrado en ella, y el dolor se hizo presente, quería continuar, solo quería que Hyukjae le diera un poco de tiempo para adaptarse a él. Pero Hyukjae había tomado su rostro entre sus manos y había hecho un montón de preguntas, para después ella decirle todo lo que se había guardo y final se había encerrado en el baño.

El sonido de un fuerte golpe la sacó de sus pensamientos, estiró una de sus manos y se cubrió con la sábana.
No supo cuánto tiempo pasó, solo tiempo después, sus sentidos se pusieron en alerta cuando escuchó la puerta abrirse, apretó la sábana contra sus pechos. Hyukjae salió de baño, cambiado y sin regresarla a ver, salió de la habitación.
Suspiró con pesadez, no sabía que pasaría en ahora en adelante.

Cuando estuvo lo suficientemente calmada, se levantó y comenzó a vestirse, para su mala suerte, todavía faltaban varias horas de vuelo.
Contó hasta diez, se armó de valor y giró la perilla y salió con todo el orgullo y dignidad que le quedaba, no iba a permitir que Hyukjae viera su debilidad.

Amata Et Amissa (Eunhyuk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora